Opinión
Ver día anteriorLunes 13 de junio de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Consummatum Est
P

or fin, Hillary Clinton alcanzó el número necesario de delegados para ser declarada presunta candidata del Partido Demócrata a la Presidencia de Estados Unidos. La presunción tiene sentido debido a que será hasta la Convención de ese grupo político, a celebrarse en la ciudad de Philadelphia el próximo julio, cuando sea declarada su candidata oficial.

Los nubarrones que se cernían en torno a la posibilidad de un posible disenso en la convención, parecen haberse disipado cuando el senador Bernie Sanders reconoció que es ella quien representará a los demócratas en la lucha por la presidencia en contra de Donald Trump. Con justicia y buen tino Bernie, como cariñosamente le llaman sus millones de seguidores, ha insistido en la necesidad de concluir el periplo de campaña hasta que se celebre la última fecha en las elecciones primarias mañana martes en el Distrito de Columbia. Vale repetir lo que él ha dicho en estos largos meses de campaña: Estoy en esto hasta el final, al margen de los resultados parciales que obtenga en cada tramo de la contienda. El liderazgo del Partido Demócrata ha reconocido la integridad y lealtad de Bernie con la causa demócrata, además de su invaluable aporte por haber despertado el interés de millones de ciudadanos en el proceso electoral. Nadie esperaba el impacto que en la política estadunidense hubiese tenido un socialista de 74 años quien, sin apoyo de los grandes donadores, logró la hazaña de recaudar más de 200 millones de dólares provenientes de millones de entusiastas seguidores que enviaron 27 dólares cada uno en apoyo a Bernie. Tampoco se esperaba que, gracias a su persistente discurso denunciando la desigualdad y la concentración de la riqueza, la señora Clinton tuviera que reconocer la certeza de esa realidad y virara sus propuestas, y las del Partido Demócrata, varios grados hacia la izquierda de su tradicional política de centro.

Dos actos confirman que los demócratas presentarán un frente común en torno a Clinton: el respaldo que al día siguiente de su triunfo en las primarias de California, New Jersey, Mon-tana y New Mexico, recibió del presidente Obama, y la visita que el senador Sanders, que en su viaje a la Casa Blanca declaró que apoyará a la secretaria Clinton en su lucha para derrotar a Trump. A esos apoyos es necesario agregar los de otros distinguidos demócratas, entre ellos el vicepresidente Joseph Biden, el líder partidario en el senado Harry Reid y, particularmente, la senadora Elizabeth Warren, simpatizantes deSanders, pero conscientes de la importancia de presentar un frente unido en torno a Hillary ysus evidentes calificaciones para dirigir el país y derrotar a Trump.

La revista The Economist pregunta si el apoyo del presidente Obama pudiera ayudar a Clinton, tomando en consideración que los demócratas perdieron la Casa de Representantes, el Senado y 900 curules en las legislaturas locales durante su presidencia. Para contestarla, es necesario recordar que dicha pérdida fue el resultado de la brutal campaña que los republicanos hicieron en contra de la reforma de salud y los legisladores que la apoyaron. El resultado fue que 30 millones de personas adquirieron la seguridad que da tener servicios médicos para ellos y sus hijos y Obama ganó el apoyo de ellos. Seguramente también apoyarán a la candidata Clinton. El tiempo será el mejor juez.