Todos deben saber lo que le pasó a la comunidad gay: Ángel Colón
Nos despedíamos tras una buena noche cuando se oyó un disparo
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Miércoles 15 de junio de 2016, p. 23
Orlando.
Me quedé tendido para que no supiera que estaba vivo
, dijo este martes con voz quebrada Ángel Colón, uno de los heridos en la matanza de Orlando, baleado en una pierna, pisoteado por los que huían y sacado por encima de vidrios rotos por un policía.
Estábamos pasando un rato agradable tomando un trago. Eran recién pasadas las dos. Nos estábamos despidiendo. Abrazaba a todo el mundo luego de una buena noche. Sin drama, sólo risas; yo conversaba con una chica y de pronto escuchamos el estruendo de un disparo
, contó la víctima, de 26 años, en una conferencia de prensa. Dejamos de hacer lo que estábamos haciendo, pero el ruido continuaba. Algo sucedía y nos tomamos los unos a los otros
, continuó.
Colón indicó que al principio tuvo dudas sobre dar su testimonio, pero finalmente quiso que todo el mundo supiera lo que le pasó a esta comunidad
que se encontraba el domingo en la discoteca gay Pulse, en Orlando, donde murieron 49 personas y 53 resultaron heridas.
Me dispararon tres veces en la pierna; caí e intenté levantarme, pero todos empezaron a correr. Me pisaban y me rompieron los huesos de la pierna izquierda. A partir de ese momento ya no pude caminar
, dijo.
“Lo único que podía hacer era quedarme tirado mientras todo el mundo me pisaba (...) y lo único que podía escuchar eran los disparos, y la gente gritando, pidiendo ayuda.
En ese momento el hombre fue a otra sala y yo seguía escuchando los disparos. Pensé que estaba a salvo porque en ese momento otros podían tirarlo al piso y matarlo
, dijo.
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“Desafortunadamente, lo sentí volver y disparó a todos los que estaban ya muertos en el suelo.
“Escuché los disparos más cerca, me di vuelta y le disparó a la chica que estaba a mi lado. Yo estaba ahí tendido. Pensé ‘soy el próximo. Estoy muerto’. Y no sé cómo, por la gracia de Dios, apuntó a mi cabeza pero le dio a mi mano. Me disparó de nuevo y me dio en la cadera. Yo no reaccioné. Estaba dispuesto a quedarme tendido ahí para que no supiera que estaba vivo.
Disparaba hacia todas partes; entonces se fue hacia la entrada y creo que fue cuando disparó a los policías. Escuché muchos disparos. Abrí los ojos y vi policías. Espero recordar siempre el rostro o el nombre del que me salvó, porque le estoy agradecido
, mencionó.
El policía me miró, se aseguró de que estaba vivo, me tomó de la mano y dijo que esa era la única forma de sacarme de ahí. Le pedí que me cargara porque estaba sufriendo. No podía caminar
, relató.
“Entonces empezó a arrastrarme por la calle hacia el Wendy’s, y le agradezco, pero el suelo estaba cubierto de vidrios rotos. Me llenaba de cortes, en la espalda, las piernas, pero no sentía dolor, sólo sentía mi sangre y la de otras personas correr sobre mí”.