Teherán y París.

El cineasta iraní Abbas Kiarostami, quien ganó la Palma de Oro de Cannes en 1997 con El sabor de las cerezas, murió en París a los 76 años, informó ayer la revista Variety.

De acuerdo con ese medio estadunidense, la agencia de noticias iraní ISNA confirmó el deceso. El director recibía tratamiento por un cáncer gastrointestinal y había viajado a la capital francesa para una serie de operaciones.

Kiarostami, considerado una de las figuras más relevantes del cine iraní y maestro de directores, nació en Teherán en 1940. Formó parte de la generación de cineastas que creó la nueva ola iraní, corriente que en los años 70 filmó películas de alto contenido político. Tras la revolución de 1979 permaneció en Irán, pero realizaba muchos de sus proyectos en el extranjero. Su cuerpo será repatriado a Irán.

Este mes Kiarostami, cuyas películas se caracterizaban por un estilo discreto, un realismo algo sombrío y un humor soslayado, había sido invitado a integrarse a la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, que entrega los premios Óscar.

Su cinta El sabor de las cerezas, historia de un hombre que busca a alguien que lo ayude a suicidarse, abrió camino a una mayor difusión del cine iraní en el mundo.

Otras de sus películas fueron Close Up (1990), The Wind Will Carry Us (1999) y Copie Conforme (2010), con Juliette Binoche.

También escribió y produjo The White Balloon, la primera película de otro importante referente del cine iraní, Jafar Panahi (Taxi). Cuando este último fue encarcelado, Kiarostami fue uno de los muchos cineastas en protestar por su detención.

La gente joven crea todos los días algo distinto, afirmó en 2010 en entrevista en Alemania, poco después de cumplir 70 años. Estaba en ese país para recibir el premio Cine Merit del Festival de Múnich. Creo que su creatividad es mucho más fuerte que el control y la presión del gobierno, señaló en tiempos en que gobernaba Irán el controvertido presidente Mahmud Ajmadineyad.

Copie Conforme, historia de amor entre una vendedora de arte francesa (Binoche) y un escritor británico, no pudo estrenarse en Irán, ya que el gobierno afirmaba que la actriz francesa lucía demasiado ligera de ropas como para estrenar la cinta. La película no se podrá estrenar en Irán, pero por suerte, ¿o por desgracia?, también hay piratería en Irán. (...) Los amantes del cine de mi país siempre encuentran una forma de acceder por poco dinero a las cintas que quieren ver , señaló en ese entonces.

En 2012 estrenó en el Festival de Cannes Like Someone in Love, que compitió por la Palma de Oro. Ese mismo año se estrenó Meeting Leila, cuyo guion coescribió junto a su director, Adel Yaraghi.

A la pregunta acerca del papel del arte, Kiarostami, que lejos de ser mainstream era considerado un cineasta para espectadores entrenados, afirmó en una entrevista: Muchas veces las personas no le prestan demasiada atención (al arte). Se la ponen muy fácil: prenden la televisión o van a Internet y obtienen allí cualquier cantidad de información de todos lados. Pero no le dejan suficiente espacio al arte en su pensamiento y en su imaginación. El arte es otro nivel de información, otra dimensión, a la que deberían dar mayor importancia y más espacio.

Kiarostami no solamente es el más grande cineasta iraní; era el Rossellini de Teherán, era el buscador que encuentra, era también un inspirado fotógrafo. Era el arte mismo, escribió en Twitter Gilles Jacob, ex presidente del festival de Cannes.

Místico moderno

El director iraní Asghar Farhadi señaló al diario británico The Guardian que está totalmente conmocionado con la noticia. No era sólo un cineasta. Él era un místico moderno, tanto en el cine como en su vida privada, afirmó.

Para Farhadi, el éxito de Kiarostami preparó el camino para las siguientes generaciones de cineastas iraníes.

Otros artistas de Irán también expresaron su pesar en las redes sociales. Es un momento triste para el país y sus seguidores en todo el mundo. Perdimos a un gran hombre, dijo en Twitter la actriz Taraneh Alidoosti.

En enero pasado Abbas Kiarostami rindió homenaje en Cuba a la Escuela Internacional de Cine y Televisión por los 30 años de su fundación. En la institución impartió un taller en el que participaron 35 jóvenes cineastas y 10 estudiantes de la maestría de cine-ensayo de esa institución.

El realizador decidió rendir tributo a la escuela fundada por Gabriel García Márquez debido a su gran admiración por el escritor colombiano, informó Black Factory Cinema, una de las entidades organizadoras del taller.