Bagdad.

Irak rindió homenaje ayer a las más de 200 personas que murieron el domingo durante el atentado reivindicado por el Estado Islámico (EI) en Karada, distrito de mayoría chiíta de Bagdad, considerado el peor en la historia del país, que ha generado fuertes críticas a la estrategia del gobierno.

Autoridades dieron a conocer este lunes un nuevo balance de 213 víctimas y 300 heridos, muchos de ellos de gravedad. Aseguraron que el número de afectados podría aumentar, porque hay muchos cadáveres sin identificar.

El primer ministro, Haider al Abadi, anunció tres días de luto nacional y nuevas medidas de seguridad. Entre ellas, retirar detectores de explosivos considerados ineficaces, mejorar la coordinación entre las fuerzas de seguridad y reorganizar los puestos de control en Bagdad.

El Ministerio de Justicia de Irak ordenó acelerar las ejecuciones de todos los condenados a muerte por terrorismo.

El ataque ocurrió cuando un suicida estalló un cochebomba cerca de la concurrida heladería Yabar Abu al Sharbat, mientras la gente salía a hacer compras en el céntrico distrito comercial de Karada para celebrar el final del mes de ayuno del Ramadán.

Frente a los hospitales de Bagdad, la gente hizo fila para recibir información sobre sus familiares.

El Departamento de Estado estadunidense calificó el atentado de asesinato en masa, y proclamó una lucha sin cuartel contra el EI.

Estados Unidos realiza una campaña aérea contra el Estado Islámico desde agosto pasado, que comenzó en Irak y luego extendió a Siria.