El artista español Luis Granda (Madrid, 1941), radicado en México desde 1955, donó al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) cuatro de sus obras más recientes, que forman parte de su proyecto en desarrollo Cataclismos congelados.

Son las piezas Persistencias del vacío, El muro, Final de la moda y Los árboles dormidos o Paisaje triturado. Esta serie de obras, que son parte de dicho proyecto, son contra la injusticia que se vive en diferentes aspectos en el mundo; es una reflexión metafórica, alejada del panfleto, sobre lo que pienso que no es correcto, dijo.

Luis Granda, quien llegó al país a la edad de 13 años –cuando su padre decidió salir de España durante la dictadura de Francisco Franco–, es pintor autodidacta.

Se graduó de arquitecto en la Universidad Nacional Autónoma de México y con su trabajo de pintura al óleo, dibujo, acuarela, escultura, grabado, arte-objeto y técnicas mixtas se ha ganado un lugar preponderante en el arte mexicano contemporáneo.

Durante ese acto formal de donación, Granda comentó que esa obra es un agradecimiento, pues lo que soy y lo que he hecho se lo debo a México. Y lo menos que puedo hacer es darle mi trabajo.

La obra El muro está inspirada en los conflictos de Medio Oriente, aunque también implica cierta esperanza, pues en la parte superior se vislumbra un fragmento de cielo azul, comentó el pintor. De acuerdo con el curador Erick Castillo, se trata de una imagen, pintada casi en su totalidad en color amarillo, de un paredón lacerado con marcas de desgaste y violencia.

Metáfora de la basura humana

Final de la moda, expresó Luis Granda, es una metáfora de la basura humana. La gente que es mentirosa, hipócrita. Usa la ropa, la moda. Nos ponemos lo que creemos que nos va y luego lo tiramos. Aquí, levanto la tierra y descubro, metafóricamente hablando, que adentro está la basura.

Los árboles dormidos o Paisaje triturado propone reflexionar sobre la importancia de los árboles y el oxígeno que nos proporcionan para vivir. Tenemos el problema de que estamos talando los bosques, la naturaleza. Hay una inconsciencia y si seguimos así, como en la pintura, el horizonte va a ser negro, alertó el artista.

Durante ese acto, María Cristina García Cepeda, directora del INBA, destacó que Luis Granda se inscribe en la generación pos-figurativa mexicana, cuyas obras se han exhibido en México y el extranjero.

La funcionaria apuntó que en los recientes tres años, de 2013 a 2015, el INBA recibió en donación 455 obras, así como dos fondos documentales y cinco carpetas.

Ese instituto instauró en 2008 el comité para la recepción de donaciones de obras con valor artístico, el cual funciona como instancia de consulta y asesoría respecto de las piezas susceptibles de ser recibidas mediante esa figura jurídica.

En la sala Rufino Tamayo, del Museo del Palacio de Bellas Artes (Juárez, esquina Eje Central Lázaro Cárdenas, Centro Histórico), la exhibición de las piezas donadas concluirá el 31 de julio.