Filadelfia.

Carlos Sada, embajador de México en Estados Unidos, asiste a la Convención Nacional Demócrata –igual que a la republicana de la semana pasada– para ampliar relaciones con la gama de actores políticos, sociales y empresariales y posicionar la agenda de México en esta complicada coyuntura electoral.

En una reunión de prensa con corresponsales mexicanos aquí, señaló que esta labor implica diálogos con ambos partidos y ambas campañas, pero también con legisladores federales y locales, el sector privado y organizaciones latinas que están presentes en estas convenciones de cada partido.

En respuesta a preguntas sobre la falta de una respuesta frontal a las acusaciones y declaraciones de Donald Trump y sus aliados contra México y los mexicanos, Sada respondió que “no se pretende entrar a una confrontación desde ahorita, sino ir modulando, y estoy seguro… que esto vaya abonando” las relaciones políticas al proceder este proceso electoral y la transición al nuevo gobierno. A la vez, indicó, este esfuerzo no sólo es para ir conociendo, sino para llevar a reflexionar cuál será el posicionamiento (de México) hacia adelante en esos tres meses y medio; esa es la intención.

Indicó que ya hay relaciones establecidas con parte del equipo de Trump –nombró al gobernador Chris Christie por ejemplo–, con quien no sólo se colaboró ante el desastre del huracán Sandy, sino que fue invitado a México, donde el gobernador resaltó que esa era la relación más importante de Estados Unidos, después de la de Canadá.

Mientras se da seguimiento y se busca abrir todas las puertas, el gobierno mexicano se prepara para diferentes escenarios, desde los más favorables hasta los menos favorables.

A la vez, se busca intensificar esfuerzos de información y relaciones públicas para señalar la importancia de México para Estados Unidos, resaltando las ventajas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y dejar claro que México no compite con Estados Unidos, sino que competimos como bloque ante el mundo.

Todo este esfuerzo, subrayó, está acompañado de la nueva estrategia de hacer más proactivos los consulados, tanto para proteger lo más posible a los más vulnerables en la comunidad mexicana, como para ampliar el ábanico de relaciones con autoridades, organizaciones sociales y el sector privado a nivel local.