Damasco.

Al menos 67 personas murieron y 185 resultaron heridas en un atentado reivindicado por la milicia Estado Islámico (EI) contra la zona controlada por las fuerzas kurdas en el pueblo de Qamishli, noreste de Siria, cerca de la frontera con Turquía.

La localidad está divida entre las fuerzas kurdas y las del ejército sirio, que en abril acordaron un cese del fuego tras fuertes combates.

Un atacante suicida hizo estallar un auto bomba en las cercanías de edificios de justicia y de las fuerzas de seguridad internas kurdas en la localidad, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos. La misma fuente dio cuenta de una segunda explosión en una calle en el este de la ciudad que alberga la administración de defensa civil, sin dar detalles sobre las bajas.

El EI reivindicó la autoría del ataque por medio de su agencia, Amaq: el suicida que detonó el camión era uno de nuestros soldados. El grupo aseguró que se trata de una venganza por la muerte de hombres, mujeres y niños en la ciudad de Manbij, en el norte de Siria, controlada por la milicia, y amenazó con más ataques contra los kurdos.

El grupo armado Fuerzas Democráticas de Siria, liderado por los kurdos y apoyado por Estados Unidos, lleva meses avanzando contra el EI en el norte del país. Recientemente cercó la estratégica ciudad de Manbij y la tomó parcialmente. Los kurdos son considerados los más efectivos combatientes contra yihadistas del EI.

Los yihadistas, a su vez, son conocidos por sus atentados en represalia.