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Ver día anteriorJueves 28 de julio de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
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El enemigo dentro
L

os mineros en México y en todo el mundo, siempre recordamos y honramos la herencia y la camaradería de los trabajadores, sus familias y las comunidades de todas las naciones, no sólo por la hermandad que nos une, sino por la historia y el orgullo que representa ser parte de este sector básico de la actividad industrial de la sociedad.

Un claro ejemplo lo acabamos de atestiguar el pasado sábado 9 de julio en la ciudad de Durham, Inglaterra, adonde fui invitado como orador para dirigir un mensaje durante los trascendentes actos desarrollados para celebrar el 132 aniversario de la Gala de los Mineros ingleses. Cada año se reúnen más de 200 mil personas, en el acto sindical y social más grande de Europa, con la participación de los líderes más importantes de Gran Bretaña, así como los dirigentes del Partido Laborista, miembros del parlamento, políticos y pueblo en general.

Fue impresionante ver la alegría y la solidaridad de todas las regiones mineras que no han olvidado su historia. El gobierno conservador de Margaret Thatcher y los que le siguieron cerraron las minas de Inglaterra, pero no pudieron terminar o aniquilar el honor y el orgullo de ser mineros. Una conclusión muy clara de ese trascendente evento de Durham es que así como la contaminación y las sustancias tóxicas penetran en la sangre y dañan irreversiblemente la salud de los mineros, así el orgullo y la dignidad permanecerán siempre en su mente y su corazón, muy por encima de la avaricia y la corrupción que existen entre las empresas y los políticos cómplices que explotan inmoralmente los recursos naturales y la fuerza de trabajo de nuestros países.

Es importante recordar que durante el conflicto y la huelga de los mineros de Inglaterra en los años de 1984-1985, el gobierno de Margaret Thatcher declaró a los más de 300 mil mineros y a su líder nacional, Arthur Scargill, el enemigo dentro. Con eso satanizó a este importante sector de la industria que puso en serios problemas a la nación inglesa al defender los derechos laborales y humanos de los miembros de esa gran organización, el Sindicato Nacional de Mineros, e inició una guerra de exterminio para acabar con las protestas, huelgas y manifestaciones que al país le costaron más de 30 mil millones de libras esterlinas.

El gobierno antisindical de Margaret Thatcher decidió cerrar las minas de Inglaterra, particularmente las de carbón, eliminar al sindicato y a sus líderes por la enorme influencia política nacional e internacional que tenían, y renovar las fuentes de energía a cualquier costo, iniciando un largo proceso de sustitución de la generación energética, incluyendo la nuclear, con tal de terminar con el sindicato de mineros.

Por eso hoy, con el orgullo de ser mineros y conservar sus tradiciones, los ex trabajadores, sus familias, la comunidades y los miembros de sindicatos y del Partido Laborista, continúan con esa histórica muestra de solidaridad y dignidad que es un modelo para la clase trabajadora de todo el mundo. Para los mineros de México, la lucha de los obreros ingleses ha sido una inspiración en la guerra interna que los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, junto con sus cómplices los irresponsables empresarios, iniciaron hace 10 años en contra de los mineros mexicanos.

Este ha sido un conflicto absurdo y un ataque sucio y cobarde que ha dejado una serie de cicatrices sociales que pueden verse en muchas partes del país con la destrucción de la industria, el cierre de minas y plantas, la inseguridad, el desempleo y el creciente tráfico de drogas y de las adicciones que han quedado en diferentes lugares del territorio nacional.

En México las estimaciones del costo económico de esa perversa campaña contra los mineros, incluyendo huelgas, cierre de actividades, corrupción de políticos, abogados, jueces y magistrados, así como medios de comunicación y periodistas, lo mismo que traidores a la organización, es de alrededor de 10 mil millones de dólares tirados a la basura y al mar de la corrupción. En 2010 el presidente ejecutivo de Grupo México, Xavier García de Quevedo, reconoció públicamente que el costo hasta ese momento para esa criminal empresa era de más de 4 mil millones de dólares, es decir, aproximadamente mil millones de dólares por año, lo que al llegar a 2016 equivalen a un inmoral gasto de 10 mil millones de dólares.

Eso es absurdo y de una total irracionalidad, que sólo a una empresa como Grupo México se le ocurriría realizar, apoyado por los gobiernos y administraciones desde Vicente Fox hasta nuestros días. El error y la vergüenza de querer convertir a los mineros mexicanos en el enemigo dentro ha continuado hasta la fecha, tal como sucedió en Inglaterra.

Hay un gran paralelismo en la historia común de ambas luchas históricas. En el caso nuestro, aprendimos de la experiencia de nuestros antepasados y de los mineros británicos y decidimos desde un principio de ese cobarde ataque, levantarnos, resistir y pelear con dignidad, sin cansancio o desesperación, con fuerza, energía, perseverancia, valor y confianza en ganar con base en nuestras estrategias y principios y valores. No hemos perdido jamás la fe porque sabemos lo que representamos y el apoyo leal y solidario de nuestras bases. Estamos conscientes los mineros de que somos una de las pocas alternativas que tienen los trabajadores y los sindicatos libres y democráticos de México para hacer escuchar su voz y defender sus derechos.

Los enemigos no nos derrotaron, nosotros los derrotamos moral, social y políticamente. Hemos aprendido mucho y hemos crecido en número de miembros afiliados pese a todos los obstáculos, pero más importante, con una enorme estatura ética basada en la honradez, la inteligencia, la madurez, los principios, los valores y la dignidad que los enemigos y corruptos que nos agredieron no tienen, ni jamás tendrán.