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Descarta grandes cambios con nuevo presidente de EU

Los lazos económicos y culturales con mexicanos son fuertes

Con experiencia en temas latinoamericanos, durante una visita al país, el funcionario aceptó la charla. Sucesión presidencial en su nación, TLC, migración, Donald Trump y la construcción del muro fronterizo, así como el tema de Venezuela, los asuntos que abordó

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Los vínculos son tan estrechos que exigen respuestas conjuntas, subraya el estadunidenseFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Lunes 8 de agosto de 2016, p. 14

Tres meses antes de las elecciones en que se renovará la presidencia de su país, John Creamer, subsecretario para México y el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado estadunidense, dijo que más allá de quién sea el presidente de su nación, pase lo que pase en los comicios, la relación va seguir, pues los lazos económicos y culturales con los mexicanos son fuertes.

Sobre el tema de Venezuela, rechazó que su gobierno actúe con propósito intervencionista. Sólo queremos apoyar un diálogo y solución que va dentro de los parámetros constitucionales, aseveró.

En entrevista, destacó que la Casa Blanca ha respaldado a la comisión de facilitación del diálogo. Aunque estamos un poco decepcionados por la falta de progreso, agregó. El gobierno del presidente Barack Obama, expresó, sigue comprometido con el apoyo a ese esfuerzo, porque sólo mediante el diálogo se superará la grave crisis humanitaria que enfrenta el pueblo venezolano.

Tras ser nombrado subsecretario en marzo pasado, Creamer realizó del 2 al 4 de agosto su primera visita a México, durante la cual se reunió con funcionarios gubernamentales, miembros de organizaciones sociales, empresarios y académicos.

Antes de ese cargo fue cónsul en Río de Janeiro, director de la Oficina para Asuntos Andinos y oficial del Departamento de Estado para Brasil, Colombia y Sudáfrica, entre otros trabajos relacionados con América Latina. A continuación, un resumen de la entrevista efectuada el pasado jueves.

–Los presidentes Enrique Peña Nieto y Barack Obama acordaron otorgar un carácter permanente a diversos mecanismos de la relación bilateral. ¿Qué garantías hay de que ello se cumpla luego de que cambie el gobierno de su país?

–Los lazos económicos y culturales son tan fuertes entre las dos naciones, que la agenda siempre va más allá de quién es el mandatario en algún momento o época. Sólo por hablar de lo económico, México es nuestro tercer socio comercial. Veintinueve estados tienen a México como su primer o segundo mercado más importante. Mil 500 millones de dólares en comercio cruzan la frontera diariamente. Los vínculos entre los pueblos también son muy importantes. Tenemos muchos ciudadanos de origen mexicano y muchos americanos que viven o visitan su país como turistas. Los nexos son tan estrechos que exigen respuestas conjuntas, que van más allá de la coyuntura política de mi país o de México.

–Entonces, ¿no hay que tomar muy en serio los señalamientos del candidato a la presidencia Donald Trump?

–No estoy diciendo que hay que hacer caso omiso al debate en la campaña presidencial. Pero creo que por dichas razones, porque los dos países se necesitan y hay interdependencia positiva, la relación va a seguir siendo muy importante, pase lo que pase en las elecciones. México va a continuar siendo muy importante como socio económico y para enfrentar retos, como la seguridad y el cambio climático.

–¿Qué conflicto puede traer la construcción de un muro en la frontera en la relación de Estados Unidos con México y América Latina? ¿Se pueden deteriorar los vínculos con la región?

–Ese es el lema de un candidato en campaña. Vamos a ver lo que decide el pueblo estadunidense en las elecciones. Nuestra política en este momento quiere responder a los problemas que está alimentando la migración de América Central, y México juega un papel muy importante por su control en la frontera con Centroamérica y su compromiso con el problema de los refugiados. Con Latinoamérica los lazos también son muy importantes. Tenemos inversiones, comercio y, al mismo tiempo, retos en común. Estados Unidos no puede solucionar ninguno de esos problemas actuando por cuenta propia. Tenemos que trabajar con la región para llegar a soluciones. Nuestro gobierno reconoce eso.

–Desde el análisis del Departamento de Estado, ¿los líderes latinoamericanos tendrían que actuar de manera más activa frente a la posibilidad de que llegue a la presidencia una persona como Trump?

–No me atrevo a aconsejar a los gobiernos cómo deben actuar en relación con Estados Unidos, pero tenemos tantos retos en común en las áreas de medio ambiente, seguridad, migración y desarrollo económico, que hay que seguir laborando en conjunto.

–¿Qué se puede esperar de la revisión del tratado de libre comercio (TLC)?

–Desde la firma, en 1994, el acuerdo ha hecho un aporte muy importante al desarrollo económico de México y Estados Unidos. Los dos países se han beneficiado mucho. Nos ha ayudado en términos de competitividad. Se han generado empleos y construido cadenas de producción que realmente están muy vinculadas por los dos lados de la frontera. En cierta forma, si vamos a hablar sobre la necesidad de actualizar el TLC, ya tenemos un instrumento para hacerlo, que es el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, y los dos gobiernos están trabajando en este momento para conseguir su ratificación lo más pronto posible.

Creamer destacó que durante su visita se reunió con activistas de derechos humanos y funcionarios del gobierno para tener una mejor idea de la realidad sobre la situación de los derechos humanos.

Recordó que el año pasado el Departamento de Estado no entregó al Congreso un informe sobre el tema, porque en ese momento no podía contestar las preguntas específicas que se le habían formulado, por lo cual se retuvo 15 por ciento de un fondo de la Iniciativa Mérida.

Este año estamos todavía analizando el tema y en proceso de recabar la información para decidir sobre el reporte, subrayó.

Por lo que respecta al conflicto venezolano, señaló que la postura de su país y otras naciones de la región es que se debe respetar la Constitución, lo cual incluye la posibilidad del referendo revocatorio.

Agregó que su gobierno apoya el diálogo para encontrar una solución que vaya dentro de los parámetros constitucionales. No queremos ir más allá, aseguró.