Seúl.

Corea del Norte confirmó este viernes un ensayo nuclear del más alto nivel, con el que busca construir un arsenal más potente, con armas más pequeñas y ligeras, lo que provocó una amplia condena de sus vecinos, incluso de China, su tradicional aliado, así como del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Horas después de que Corea del Sur detectó un sismo inusual cerca del centro de ensayos atómico norcoreano, en el noreste de la península, Pyongyang informó que una prueba permitió alcanzar su objetivo: miniaturizar una ojiva nuclear para armar un misil.

La prueba confirmó la estructura y características del movimiento específico de una cabeza atómica estandarizada, señaló el Instituto Norcoreano para Armas Nucleares. Pyongyang está en condiciones de fabricar cabezas atómicas de forma estandarizada, que puedan montarse en misiles balísticos estratégicos, y producir a discreción muchas cabezas de gran poder destructivo, más pequeñas y ligeras y de distinto tipo, subrayó.

La Agencia Meteorológica sudcoreana informó que dicho ensayo, con el que se conmemoró el aniversario 68 de la fundación de Corea del Norte, tuvo una potencia de entre 10 y 12 kilotones, es decir, entre 70 y 80 por ciento de la fuerza de la bomba arrojada por Estados Unidos sobre Hiroshima en 1945.

La comunidad internacional expresó su indignación por la quinta prueba de Corea del Norte desde 2006, segunda en este año. Los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU señalaron que comenzarán a trabajar inmediatamente “en medidas apropiadas, según el artículo 41 de la carta del organismo –que concierne a disposiciones que no impliquen el uso de la fuerza armada–, y en una resolución del consejo”.

En una declaración al término de una reunión de emergencia convocada por Estados Unidos, calificaron el ensayo norcoreano de violación flagrante de las resoluciones de la ONU y amenaza evidente a la paz y la seguridad internacionales.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, tildó la prueba de otra descarada violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad, mientras el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que esas pruebas son provocaciones que representan una grave amenaza para la seguridad regional, para la paz y la estabilidad internacional.

Tras una conversación telefónica con su homóloga sudcoreana, Park Geun-Hye, y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, reiteró que Estados Unidos no acepta ni admitirá jamás que Corea del Norte sea una potencia. Advirtió que adoptará las medidas necesarias para defender a sus aliados en la región oriental.

Para Geun-Hye, se trató de una imprudencia fanática del gobierno de Kim Jong-un. Aseguró que empleará todas las medidas a disposición de Seúl para aplicar más presión sobre Pyongyang.

El jefe de gabinete de Japón, Yoshihide Suga, expresó que Corea del Norte es una nación del vecindario que está fuera del margen de la ley. Apuntó que el país estudiará reforzar sus sanciones.