demás de producir una orquesta de la magnitud de la Sinfónica Simón Bolívar, un contrabajista como Edicson Ruiz, que llegó hasta las filas de la Filarmónica de Berlín, o un director potente, expresivo, carismático e hipnótico, como Gustavo Dudamel, el famoso y admirable Sistema venezolano de orquestas infantiles y juveniles sigue siendo semillero de grandes músicos de talla internacional (cosa que, por cierto, no es su objetivo principal), entre los que hoy destaca el enorme trompetista Pacho Flores. Ganador de un puñado de importantes concursos internacionales, incluso el Maurice André a la cabeza de ellos, Flores se ha abierto camino con rapidez y autoridad en el competido mundo de la trompeta contemporánea.

Sé que Flores ha estado un par de veces en México, y lamentablemente no he coincidido con sus presentaciones en nuestro país, pero lo que me cuentan algunos melómanos de oído educado es ciertamente notable. Así que, mientras espero la oportunidad de escuchar a Pacho Flores en vivo, doy noticia aquí del primer cedé que grabó para el prestigioso sello Deutsche Grammophon, con un repertorio básicamente barroco y un par de interpretaciones de otras músicas, bajo el título de Cantar. Vale decir que las piezas elegidas para este disco son originales para otros instrumentos: guitarra, clavecín, violín, oboe, voz, órgano, corno da caccia; los arreglos para trompeta y orquesta se deben principalmente a Ivan Jevtic y Efraín Oscher. Lo más cercano a un original que hay en este luminoso disco compacto es el conocido Concierto de Johann Baptist Georg Neruda, que suele tocarse con trompeta, pero que probablemente fue escrito para ese rústico e híbrido instrumento que es el corno da caccia, precisamente el que Flores utiliza para la ejecución de esta obra. Además de Neruda, el panorama estrictamente barroco de este cedé es redondeado por piezas de Händel (aquí, Flores toca a dos trompetas en sincronización), Bach, Tartini, Daquin y Murcia, y una obra un poco más tardía de Cimarosa. El panorama se completa con sendas obras contemporáneas de Efraín Oscher y Álvaro Paiva Bimbo.

Entre las muchas cosas interesantes y disfrutables que contiene esta grabación de Pacho Flores está el hecho de que en los dos conciertos aquí incluidos (Neruda y Tartini), las cadenzas son del propio Flores, como mandan los cánones de la ejecución de la música barroca con su importante dosis de improvisación. Otro detalle muy atractivo, especialmente para quienes somos maniáticos de la noble y potente trompeta: en el track list del disco se da noticia puntual del instrumento utilizado por el solista para cada pieza, así como de sus características principales. De la lectura cuidadosa de estas anotaciones se desprende que para esta grabación Pacho Flores utilizó siete trompetas distintas, más un flugelhorn (en una de las piezas de Bach y en la de Paiva Bimbo) y el ya mencionado corno da caccia en Neruda. Esto habla muy bien no sólo de la capacidad de Flores para tocar al mismo altísimo nivel todas estas y varias otras trompetas (posee y toca más de una veintena de ellas), sino también de su intuición y conocimiento de causa en la elección del instrumento adecuado para cada obra original y para cada arreglo. De las numerosas y variadas riquezas que contiene este disco de Pacho Flores, destaco la dúctil cualidad cantabile del Agnus Dei de la Misa en si menor de Bach, la precisa articulación del vivaz Cucú de Daquin (original para clavecín), la sabrosura danzable de la Tarantella de Murcia (con delicadas pinceladas de vihuela y pandero en el acompañamiento) y sus diáfanas y punzantes ornamentaciones en el Concierto de Tartini, original para violín y popularizado en trompeta por Maurice André. En estas impecables y expresivas interpretaciones, Pacho Flores es acompañado por la Orquesta de la Konzerthaus de Berlín, dirigida por su compatriota y condiscípulo del Sistema, Christian Vásquez. ¡Trompetómanos del mundo, corred a adquirir (o bajar) este Cantar de Pacho Flores y escuchad, que es cosa muy de ver y oír!