Los defensores de derechos humanos y diversidad sexual sabían que no sería fácil la lucha por lograr la igualdad. “Detener esta guerra cristera” apoyada por empresarios de derecha será un combate para el que se están uniendo activistas que anteriormente avanzaban por separado.

La conveniencia de los políticos en las uniones igualitarias no nos interesa. Más bien la aprovecharemos para conseguir nuestros objetivos, dice la lesbofeminista Angie Rueda Castillo. Quienes convocan a las marchas en defensa de la familia natural son quienes la han dañado profundamente, provocando rechazo hacia hijos o hermanos, añade Hugo Bautista, director de la organización Cuenta Conmigo.

Uno de los debates en el movimiento lésbico, gay, bisexual, transexual e intersexual (LGBTI) es acerca de cómo repetimos acciones de los heterosexuales, como el matrimonio, apunta Rueda Castillo, pero buscamos el derecho a formar y disfrutar de una familia si esa es tu decisión.

El 17 de mayo, cuando se celebre el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, esperan haber detenido la guerra cristera de la jerarquía católica, políticos y empresarios. La activista transgénero asegura que “el Frente Nacional por la Familia, que organizó las marchas, está sustentado por el Consejo de la Comunicación y el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios.

Fue el presidente Enrique Peña Nieto quien propuso una reforma para permitir los matrimonios de parejas del mismo sexo, pero retomamos la iniciativa sin importar quién la inició.

Bautista, cuya organización se dedica a atender a jóvenes LGBTI y a sus familias, lamenta que éstos terminen separados por los estigmas y la falta de comprensión sobre la diversidad sexual. Las ideas que difunden las iglesias y la derecha los afectan profundamente, (pues) cientos de jóvenes dejan sus casas huyendo de la violencia intrafamiliar.