La cultura de conocimiento, abordaje y detección del paciente potencialmente suicida es muy pobre en México, señaló el siquiatra Alejandro Nenclares, quien aseguró que no hay detección, no hay prevención de este fenómeno y ni siquiera los médicos de primer contacto están capacitados para identificarlo.

Más de la mitad de los pacientes que cometen suicidio fueron vistos en el último mes por un médico, el cual no se dio cuenta, no detectó esa posibilidad.

En el Día Mundial de Prevención del Suicidio, que se celebra cada 10 de septiembre, el integrante de la Asociación Siquiátrica Mexicana detalló que de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2013 hubo 5 mil 900 suicidios, esto equivale a uno por ciento de todas las muertes registradas.

La tasa de suicidio en el país es de cinco por cada 100 mil habitantes y se considera la décimo cuarta causa de fallecimiento. En el caso de los jóvenes de 15 a 25 años esta forma de muerte está entre la segunda y tercera causa, indicó.

A escala global cada día deciden cesar su existencia 3 mil personas; es decir, cada 28 segundos alguien está terminando con su vida. Estas son cifras alarmantes porque, además, el fenómeno va al alza. El grupo de edad que más lo hace es el de 15 a 44 años de edad, gente en la mejor edad productiva, que está saliendo de la universidad, está planeando una familia y está buscando trabajo.

Quienes más buscan suicidarse son las mujeres, ellas lo intentan 20 veces más, pero el hombre los consuma con mayor frecuencia. De cada 100 intentos de suicidio, 81.7 por ciento, según reporta el Inegi, lo consuman los hombres, mientras 18.2 lo consuman las mujeres.

La razón de esto es que el hombre utiliza métodos más violentos, como el ahorcamiento, arma de fuego o arrojarse de altura; en cambio, la mujer mujer opta por cortarse las venas o intoxicarse con pastillas. La mujer suele hacerlo en un contexto impulsivo, de arranque emocional y manipulatorio, y el hombre suele estructurar más el plan.

Una de las principales causas de suicidio es la depresión, le siguen el alcoholismo, trastornos sicóticos como la esquizofrenia o el trastorno bipolar en su fase depresiva, pero también los trastornos graves de la personalidad, como el trastorno límite y el narcisista de la personalidad.

En entrevista con La Jornada, el especialista comentó que la ideación suicida es un síntoma de gravedad de la depresión y detalló que ésta puede o no ser estructurada. No es lo mismo decir tengo ganas de morir que tengo un plan para consumar la muerte.

Señaló que se debe poner mucha atención a quienes tienen una ideación suicida planeada, porque es muy probable que lo intentarán, y acotó que la desesperanza es un síntoma cardinal para querer acabar con la vida. El paciente siente que no hay salida, no hay solución, es un foco de alerta del intento de suicidio.

Resaltó que en el paciente que lo intentó una vez y falló, la posibilidad de que lo vuelva a hacer es muy alta. Si el primer intento fue de alta letalidad, el segundo puede que sea de mayor letalidad.

Recomendó no subestimar cualquier comentario respecto a esto, sea o no con fines manipulatorios, siempre debe ser un foco amarillo para buscar ayuda con el siquiatra.