Pablo Barrera fue elemento clave en el triunfo del conjunto auriazul, que se ubica tercero
El español Abraham González se estrenó como anotador con el cuadro de la UNAM
Estamos en zona de liguilla, pero todavía queda mucho por mejorar, señaló Matías Britos
Lunes 12 de septiembre de 2016, p. 2
Pumas recibió primero como para imprimir dramatismo. Un gol en contra en Ciudad Universitaria para empezar a trabajar cuesta arriba y de ahí culminar con un incontestable 4-1 sobre Querétaro, que dejó exultante a una afición que ya se siente invencible en su propia cancha.
Había confianza desde que empezó el partido de la jornada ocho. Todos los juegos en casa los ha ganado, mientras los Gallos Blancos venían con dos derrotas consecutivas. ¿Qué podía salir mal ante un rival que no parecía letal?
Pero no había pasado ni media hora del partido cuando el conjunto queretano dio una sacudida a la confianza del equipo auriazul. Jonathan Bornstein quitó del camino a un confuso Josecarlos Van Rankin para entregar la pelota a Neri Cardozo, quien desde el manchón penal resolvió con una precisión y Alejandro Palacios no pudo evitar la anotación.
Cuando parecía que Pumas trabajaría con los nervios en tensión permanente, apareció Pablo Barrera, un jugador todo terreno, que lo mismo bajaba a recuperar pelotas que subía para organizar el ataque.
Con una necedad incansable, construyó la jugada en la que Fidel Martínez recibió en el carril derecho y desde ahí envió el trazo para que el centrocampista auriazul cabeceara la pelota en una picada que descontroló al portero Tiago Volpi para lograr el empate.
Las condiciones otra vez fueron equilibradas y Pumas se complicó en un constante embate que no aumentaba el marcador; ya sea porque el arquero de Gallos tuvo intervenciones certeras o porque los felinos erraban en los remates.
A punto de terminar el primer tiempo, el seleccionado Ángel Sepúlveda quedó cerca de anotar el segundo del Querétaro, en un remate de cabeza que estrelló en el ángulo de la portería.
Al volver del vestidor, Pumas venía recargado, decidido a recobrar el dominio de lo que ocurre en su cancha. Un par de minutos apenas de la segunda parte y ya había acorralado al rival.
En un rechazo, Matías Britos entregó el balón a Javier Cortés, quien se enfilaba al área y devolvió en dirección a la portería; el trayecto de la pelota fue desviado por Jaime Gómez y Volpi no pudo impedir el 2-1.
Los Gallos no daban por perdida la tarde. Insistieron con Noriega, que obligó al Pikolín a lanzarse en un vuelo majestuoso, y luego con Emanuel Villa, que llegó tarde a sus oportunidades o las mandó sin precisión.
El cuadro de la UNAM siempre estaba a punto de anotar, pero el gol se le hacía esquivo. Barrera, quien se veía impecable, remató desviado y frente al arco, y Darío Verón disparó, aunque habían marcado fuera de lugar.
El encuentro ya lucía agotado y sin posibilidades de modificarse en el marcador. Un partido atascado entre los esfuerzos ofensivos de unos Pumas que no conseguían definir y un Querétaro que ya no encontraba cómo salir a igualar el cotejo.
Casi al final, Luis Fuentes entregó un pase al español Abraham González, quien en el centro del área definió sin titubeos. Fue una anotación invaluable porque significó su estreno como goleador con el conjunto universitario, además de que desbordó de entusiasmo a sus compañeros y detonó el colapso de los Gallos.
Los jugadores del Querétaro entonces dieron muestras de descontrol absoluto. Perdieron las marcas, el horizonte y el orgullo que habían mostrado hasta entonces. La posibilidad de que llegara otro gol parecía más cercana que nunca y eso lo olían los hombres de Palencia, que se volcaron como cuando recibieron el primero del partido.
Van Rankin, responsable de algunos descuidos en el juego, pudo reivindicarse. Organizó una pared con Britos, llena de ingenio y vertiginosa, desde los linderos del área para recibir de cara al arco y decretar el decisivo 4-1.
Pumas escaló hasta el tercer sitio de la tabla con 14 puntos, para confirmar que su paso va firme. Gallos, por su parte, quedó con nueve unidades en el puesto 13.
El resultado podía desembocar en euforia para los auriazules, por lo que el delantero Matías Britos pidió guardar cordura.
No me gusta hacer balances a mitad de torneo. De nada sirve si empezamos bien y terminamos mal. Sabemos que estamos en zona de liguilla, pero queda mucho por andar y detalles que mejorar
, señaló.