Lunes 12 de septiembre de 2016, p. 5
Río de Janeiro.
A la sombra de los atletas, la industria de las prótesis entra en otra competición durante los Juegos Paralímpicos en términos de imagen e innovaciones técnicas, que a veces se traducen en soluciones para mejorar el confort y la movilidad del día a día.
Claro que hay competencia
entre los fabricantes durante los juegos, sobre todo en cuanto a comunicación, admite Rüdiger Herzog, portavoz de la firma alemana Ottobock, número uno mundial en prótesis.
La empresa colabora con el movimiento paralímpico desde la justa de Seúl 1988 y en 2004 se convirtió en el reparador oficial de los Juegos Paralímpicos.
Cuando un deportista tiene problemas con sus prótesis o con la silla de ruedas acude a la Villa Paralímpica de Río, donde se encuentra instalado el taller de reparaciones.
La compañía Ottobok envió toneladas de material y desplegó a 77 técnicos de una treintena de países para los Juegos de Río.
De manera gratuita e independientemente de la marca, los técnicos ajustan, vuelven a soldar, reparan y a veces hasta remplazan el material dañado. Recibimos muchas sillas después de los partidos de rugby y de basquetbol, que son deportes de choque
, comentan los técnicos.
El gran competidor de Ottobock, el islandés Össur, que proveyó las láminas de carrera del corredor sudafricano Oscar Pistorius en Londres 2012, está conformado por una veintena de atletas internacionales que la firma patrocina. Entre ellos, la francesa Marie-Amélie Le Fur, que se colgó el oro en salto largo con un récord del mundo incluido.
Mercado de mil 200 millones
El mercado mundial se estima en mil 200 millones de dólares en ganancias, según Össur. Sin embargo, para Ottobock, que produce al año 150 mil prótesis, 80 mil de ellas son deportivas, el resto es de salud y con poco respaldo.
Con el impulso de los Paralímpicos, cada vez más personas amputadas quieren hacer deporte, dice Herzog. Estamos tratando con humanos, no sólo podemos concentrarnos en el aspecto mecánico
, justifica Michel Pierron, presidente de la empresa francesa Proteor.
Para los corredores es muy importante la biomecánica. Una mala posición de un ángulo puede hacernos perder algunas fracciones de segundo en la llegada
, comentó el peruano José Luis Casas, herido por una mina durante una operación militar en 2012 y amputado dos años más tarde.