Cuando las reglas son malas deben cambiarse, si no vamos al desastre, advierte Joseph Stiglitz
Jueves 15 de septiembre de 2016, p. 22
París.
La moneda única europea fue mal concebida, bajo la influencia de la ideología neoliberal
, y hoy es causa de muchos de los males de la zona euro, como el estancamiento, el desempleo o los populismos, advierte el premio Nobel de economía Joseph Stiglitz, en una entrevista con la agencia de noticias Afp.
Cuando las reglas son malas, se debe cambiarlas, si no vamos derecho al desastre
, afirmó el economista con motivo de la salida en Francia de su libro El euro: cómo la moneda única amenaza el futuro de Europa.
Con modelos económicos erróneos, llegamos obligatoriamente a un mal diagnóstico y a malas recetas
, aseguró el ex economista jefe del Banco Mundial y Nobel de Economía 2001.
Aunque a veces busque las palabras adecuadas, sus ataques son frontales. Tras el lanzamiento del euro “los economistas esperaban el primer shock para poner a prueba la moneda. Se produjo en 2008 y las consecuencias fueron desastrosas”, resumió el economista estadunidense.
Stiglitz fustiga las reglas, en particular el inquebrantable 3 por ciento de déficit fiscal, el máximo autorizado según las reglas europeas, que cae del cielo
y no se basa en ninguna teoría económica
.
Es Dios el que transmitió los 10 Mandamientos en el monte Sinaí, pero las reglas del euro son simples seres humanos los que las establecieron
, dice con un sesgo de ironía, y pide la revisión de las normas.
La idea de que la austeridad permite volver a tener crecimiento y prosperidad la rechazan en la actualidad la mayoría de los economistas e incluso el FMI (Fondo Monetario Internacional). Por desgracia sigue siendo la opinión que predomina dentro del gobierno alemán y en particular en su ministerio de Finanzas
, sostiene el premio Nobel que se propone enviar un ejemplar de su libro al ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schauble.
En su libro, Stiglitz presenta varias soluciones para sacar a Europa del callejón sin salida en que se encuentra. Da su preferencia a una zona euro dotada de instituciones que permitan su buen funcionamiento, como un BCE que no se limite a luchar contra la inflación, sino que se concentre en la lucha contra el desempleo y en el crecimiento
.
Si los países no aceptan más Europa, propone entonces varias pistas para que haya menos. La más fácil
sería una salida de Alemania del euro, lo que haría que los otros países fueran más competitivos a través de una devaluación de la moneda única.