Con porras y gritos de ¡Mancera, presidente!, fue arropado ayer el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, durante su llegada y salida de la Asamblea Legislativa (ALDF), ante cuyo pleno rindió su cuarto Informe de labores.

De traje gris y corbata a rayas, sonriente, el mandatario capitalino agradeció las muestras de apoyo y se acercó a saludar de mano a algunos de los asistentes, quienes desde la siete de la mañana se desplegaron a lo largo de la calle de Donceles, donde autoridades dispusieron vallas metálicas que impedían el tránsito desde Eje Central hasta Allende.

A su paso hacia el recinto legislativo, los trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México agitaban globos rosas y hacían sonar matracas. Por un país trascendente, Mancera, presidente, se leía en otra de las pancartas.

La pasarela de los integrantes del gabinete del gobierno capitalino e invitados especiales no encendió ni para bien ni para mal el ánimo de los asistentes, quienes además de prodigar sus porras al jefe de Gobierno hicieron lo propio con su líder sindical, Juan Ayala, quien se placeó ante sus agremiados.

Mientras que en el Ángel de la Independencia los integrantes de Antorcha Campesina se concentraban para dar inicio a una marcha, que anunciaron llegaría hasta el recinto de Donceles y Allende, donde se instalarían en plantón.

Tras estacionar varios autobuses procedentes del estado de México sobre Paseo de la Reforma y calles aledañas a la glorieta de la Diana Cazadora, lo cual afecto severamente la circulación vehicular. Alrededor de mil 500 antorchistas efectuaron la caminata rumbo al primer cuadro de la ciudad.

Al llegar a la avenida Juárez, el grupo antimotines de la Secretaría de Seguridad Pública bloqueó su paso, sin embargo, cerca 150 antorchistas burlaron el cerco de seguridad y entraron por la calle de Cuba hasta Belisario Domínguez; la valla de seguridad alrededor de la Asamblea fue reforzada y pese a algunos conatos de violencia, los manifestantes no lograron pasar y se retiraron.

A pesar de que la mayoría eran personas que residen en el estado de México, los inconformes informaron que su principal demanda es de vivienda.