Con el Programa Frontera Sur, México ha optado por una política de ‘‘control y aseguramiento’’ del flujo de migrantes centroamericanos, con un aumento significativo de detenciones y deportaciones, dejando de lado los derechos humanos, asegura el informe Un camino de impunidad: miles de migrantes en tránsito enfrentan abusos y medidas severas en México.

Elaborado por la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), Fundar y la Casa del Migrante de Saltillo Frontera con Justicia, el reporte señala que desde julio de 2014 –cuando se puso en operación dicho programa–, el gobierno mexicano ha logrado contener de manera significativa los flujos migratorios en su frontera sur a través de un aumento de los operativos de control migratorio, incluyendo patrullajes a lo largo de la ruta del tren y zonas donde viajan los migrantes, polémicas redadas en lugares remotos y el incremento de puestos de revisión móviles y fijos.

Estas acciones en conjunto han resultado en un incremento abrupto en las detenciones. Así, entre 2014 y julio de 2016 las autoridades migratorias han detenido a más de 425 mil migrantes. Además, señala que este 2016 apunta a ser el año con el número más alto de detenciones, deportaciones y solicitudes de asilo en México.

Dado a conocer en el contexto de la Cumbre de Líderes sobre Refugiados, que se desarrolla en las Naciones Unidas, el informe denuncia que, junto con los operativos de control migratorio, también han aumentado los delitos y violaciones a los derechos humanos de los migrantes en tránsito por México, los cuales no sólo no son investigados por las autoridades, sino incluso están involucradas de manera directa en la comisión de estos delitos y otras violaciones.

‘‘El Programa Frontera Sur de México ha aumentado las violaciones de derechos humanos y delitos contra migrantes en el contexto de operativos de control migratorio. Los refugios de migrantes siguen documentando secuestros, extorsiones, robos y otros abusos en todo el país, muchos de ellos a manos de funcionarios corruptos’’, dice el reporte.

Con cifras oficiales, reportan un aumento permanente y significativo de detenciones de migrantes año con año, donde se pasó de 86 mil 298 casos en 2013, a 127 mil en 2014, y de éste a 198 mil 141 en 2015. De enero a julio de 2016, la cifra ronda los 100 mil, por lo que este año también se podría ser el más alto en detenciones.

Por otra parte, el informe señala que a pesar de los cambios legislativos importantes que reconocen derechos a los migrantes, como los de buscar y recibir asilo, el gobierno mexicano no ha incrementado su capacidad para detectar aquellos casos en que estas personas podrían acceder a protección, por lo que han sido deportados muchos a situaciones peligrosas de las cuales huyeron, principalmente de El Salvador, Honduras y Guatemala, conocida como la región del Triángulo Norte de Centroamérica.

Al mismo tiempo, las solicitudes de asilo aumentan cada año. En 2013 se registraron mil 296 peticiones; en 2014, 2 mil 137; en 2015, 3 mil 424, y en lo que va del presente año ya son 3 mil 486; 92 por ciento de las solicitudes son de ciudadanos que integran el Triángulo Norte de Centroamérica.

El número de personas reconocidas como refugiados en México es sorprendentemente bajo comparado con las más de 425 mil detenciones de los pasados dos años. En este mismo periodo, de 2014 a 2016, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), a cargo de la evaluación y procesamiento de las solicitudes de asilo, ha resuelto 6 mil 933 peticiones, 2 mil 892 de ellas de manera positiva.

El informe va acompañado de varios videos sobre niñas migrantes que cuentan sus historias, las razones por las cuales han abandonado sus países de origen y sus experiencias cuando fueron deportadas de México.