¿Qué guerra es esta?
egún el diario español El País los asesinatos en México duplican el número de víctimas del terrorismo en todo el mundo. En mayo y junio de 2016 aquí hubo 3 mil 416 homicidios dolosos, contra mil 839 muertos por atentados (explosivos, tiroteos y apuñalamientos) en el orbe.
Quienes tenemos la costumbre de leer periódicos sentimos –en mi opinión– que las noticias de asesinatos, robos y secuestros que cotidianamente derivan en muerte por todo el país rebasan nuestra capacidad de asombro y de serenidad.
Si además pensamos en las consecuencias criminales del presupuesto del gobierno federal para 2017, no podemos evitar especular sobre la guerra que se ha declarado a los mexicanos por un enemigo de rostro difuminado (el capitalismo rapaz internacional y nacional), cuyos intereses protegen como prioridad esos funcionarios que hablan de ajustes responsables con sus bolsillos llenos de monedas de oro robado a las necesidades fundamentales del pueblo: salud, nutrición, educación, cultura, ciencia y desarrollo agrícola.
Estamos hundidos en una guerra de los ricos contra los pobres, sin que hayamos sido capaces de construir un sujeto social contestatario, y que no surgirá de ningún partido político existente.
El futuro de México parece diseñado y decidido fuera de aquí, por quienes se reparten el mundo según su visión delirante. No tenemos verdaderos gobernantes, sólo gerentes del capital y cuadros de funcionarios y partidos que parasitan el erario, y se sirven con la cuchara grande. ¿Por qué si hay que ajustar presupuestos no se bajan sueldos, viáticos, bonos, choferes, celulares, indemnizaciones, seguros médicos, jubilaciones millonarias y lujosos despilfarros?
Estamos en guerra, mientras –embrutecidos por la televisión, los equipos ciberenajenantes y las urgencias, sin la más mínima conciencia de lo que realmente ocurre– la parte más brava de este pueblo nuestro responde a lo que le hacen con crímenes indiscriminados, robos y muertes contra ricos y pobres, secuestros infames y –como en el caso de la jovencita española de IBM– matando a las crías del enemigo. ¿Por odio? ¿Por venganza? ¿Por qué?
A veces creo que los más jóvenes, víctimas de esta guerra y su desamparo, están defendiéndose de modos inesperados: algunos con el suicidio temprano, que va en aumento, y otros haciendo hijos (mil nacimientos al día de madres entre 10 y 19 años de edad) porque es todo el amor, la libertad y la belleza a su alcance. Faltan palabras para explicar lo que ocurre en México. Habrá que inventarlas.
