e hice la promesa de no volver a escribir sobre el tema. Porque en ocho ocasiones he denunciado en este espacio los principales problemas que aquejan a las colonias Roma y Condesa. Ninguno de ellos está resuelto y se agudizaron con el paso de los días. Vuelvo sobre el tema por dos motivos:
1. Las amenazas que recibieron Héctor de Mauleón y Rafael Pérez Gay. El primero, por escribir sobre la presencia del crimen organizado en ambas colonias. Y el segundo, al protestar por el intenso ruido originado en un departamento vecino al suyo. Como respuesta, recibió insultos y amenazas de uno de los ocupantes de dicho departamento. De éste se supo que entran y salen paquetes, entregan cosas, van y vienen mensajeros en la noche
. La denuncia de Pérez Gay la atendieron tarde las autoridades y se desconoce si el energúmeno que lo amenazó a él y su familia fue detenido. Tampoco se sabe algo de los que amenazaron a De Mauleón.
2. Por las explicaciones que Rircardo Monreal, delegado en Cuauhtémoc, da a quienes piden garantizar la seguridad de ambos escritores y sus familias y que en dichas colonias y en el resto de la demarcación no dicten su ley las bandas criminales. Porque se logre la sana convivencia entre vecinos y las actividades económicas. Monreal calificó las críticas que ha recibido de ser parte de una campaña contra Morena, el partido en el que ahora milita. Para debilitarlo con miras a las elecciones de 2018 que, asegura, Morena ganará en la Ciudad de México. Y, aunque no lo dice, con él como candidato ideal para lograrlo. Además, intentó quitarse la responsabilidad que tiene de que haya seguridad en la Roma y la Condesa, atribuyendo esa tarea a la autoridad citadina, que preside Miguel Mancera.
Para mala suerte de Monreal y fortuna de la ciudadanía, Pedro Pablo de Antuñano, director Jurídico de la Cuauhtémoc, tuvo que renunciar. Lo detuvieron cuando llevaba 600 mil pesos en efectivo en una caja de cartón. Dijo que eran donativos destinados al pago de proveedores de una asociación en beneficio de jóvenes en vulnerabilidad a la que él pertenece
. Monreal se deslindó del que fue su fiel colaborador y pidió esperar a que la investigación del caso llegue a su fin. No creo necesario esperar tanto. Esa dirección es de las más proclives a la corrupción vía las licencias que concede para que en la Condesa y Roma proliferen negocios fuera de la ley: desde restaurantes, bares, mezcalerías, tequilerías y cafeterías, hasta la autorización de cambio de uso del suelo donde no está permitido por las normas vigentes. Gracias a esas autorizaciones, donde había una casa hoy erigen un edificio de departamentos sin los suficientes lugares de estacionamiento. O restaurantes, oficinas, comercios diversos que, además de causar ruido a los vecinos, se apoderan de los lugares públicos y por donde transita la gente. Como no se permite fumar dentro de restaurantes, bares y cantinas, los adictos al tabaco trasladaron a las banquetas el consumo de bebidas alcohólicas, lo cual está prohibido por la legislación vigente.
Morena, el partido de López Obrador, ganó las elecciones de 2015 en la Cuauhtémoc y otras delegaciones porque sus candidatos prometieron acabar con la corrupción de que hizo gala el PRD y para resolver los principales problemas que aquejan a sus habitantes. Pero en la Condesa y Roma crece el ambulantaje, que le deja utilidades a sus líderes y a los funcionarios que los protegen. Se lava dinero, no se observa la legislación vigente sobre el ruido. Los giros comerciales y de servicios aumentan de tal forma que ambas colonias pierden cada día su carácter residencial por la presencia, sin planeación ni regulación, de las más diversas actividades económicas.
En otras delegaciones también abundan las quejas. Iztapalapa se inunda pero sus habitantes no tienen en sus hogares agua de buena calidad. En Benito Juárez hay inseguridad y cambio de uso del suelo fuera de las normas vigentes. En el otrora tranquilo barrio de las Flores, en Álvaro Obregón, reinan hoy enormes condominios. En fin, las autoridades de la ciudad que tantos reconocimientos obtienen de organismos internacionales, no logran el fundamental: el de sus habitantes por hacer bien su tarea.