Ante el creciente número de migrantes provenientes de varios países de África y de Haití, en los pasados dos meses la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) decidió enviar personal a los cruces fronterizos de Tapachula, Chiapas, y Tijuana, Baja California (BC), para observar de manera directa la problemática migratoria que vive esta población y supervisar el respeto de sus garantías básicas.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Migración (INM), en el transcurso del presente año han llegado a territorio nacional alrededor de 13 mil personas del continente y el país mencionados. Tan sólo en los meses de agosto y septiembre han sido cerca de 4 mil personas de ambos géneros, entre adultos y menores de edad.

Hay que recordar que el INM concede diariamente a estos migrantes un promedio de 300 oficios de salida que les permite contar con un permiso de 20 días naturales para cruzar vía aérea o terrestre el territorio nacional y llegar a la ciudad de Tijuana, y de ahí realizar trámites migratorios para ingresar a Estados Unidos, a través de una solicitud de asilo.

Sin embargo, el aumento en el número de estos migrantes y la insuficiente entrega de los permisos correspondientes genera situaciones complejas en ambas fronteras del país, ya que las autoridades estadunidenses sólo atienden a un número menor de 100 personas por día, de los 300 que llegan de Tapachula, lo que provoca un excedente de alrededor de 200 personas que se irán acumulando.

A la fecha no se cuenta todavía con información o elementos objetivos precisos que permitan a las autoridades mexicanas pronosticar si esta problemática continuará acentuándose en el futuro en este cruce fronterizo (de Tijuana). De ser así, se estaría ante circunstancias que podrían considerarse de cuidado en virtud de la concentración poblacional actual de migrantes, señaló la CNDH, al anunciar su decisión de enviar personal a ambas fronteras.

El organismo nacional destacó que esta migración se ha caracterizado por ser pacífica, toda vez que no se ha presentado ningún altercado con integrantes de la comunidad ni hay denuncia de hechos por alguna supuesta actividad ilícita, por lo que las inquietudes mostradas en la sociedad de Tapachula no tienen motivo.