Sábado 8 de octubre de 2016, p. a16
Los estantes de novedades discográficas bullen.
La misteriosa crisis del formato disco sigue produciendo millones y millones de ejemplares y todo indica que seguirán circulando y sonando discos cada vez más bellos.
La confirmación del lanzamiento de un nuevo disco de los Rolling Stones corona el aserto.
El próximo 2 de diciembre saldrá a la venta Blue and Lonesome, su primer disco grabado en estudio luego de una ausencia de más de 10 años.
Hicieron este álbum de manera desenfadada, sin mayor ensayo ni protocolo, en el transcurso de tres días en un estudio en Londres, en el mismo barrio donde hace más de medio siglo se iniciaron en el asunto de la música, como una banda de blues, aventura riesgosa en una época en la cual los gustos musicales deambulaban por zonas de confort.
Esos mocosos peludos y con cara de malosos fincaron revolución en ese barrio. Desde entonces, el blues ha estado siempre bajo la planta de sus pies y en las corolas de su música.
Blue and Lonesome, la pieza que da nombre al disco flamante y flameante, es de la autoría de Little Walter, una de las leyendas del blues que conocían a la perfección, como pocos, los entonces escuincles Mick Jagger y Keith Richards y también Eric Clapton (quien, por cierto, grababa a su vez su disco de blues en el estudio de al lado y fue invitado por los Stones a palomear
en un par de rolas), Jimi Hendrix, Jimmy Page, Robert Plant, Roger Daltrey, Pete Townshend y David Bowie y toda esa ralea de mozalbetes que supieron entender el verdadero significado de la música blues, para dar a luz la cultura rock entera, desde el Reino Unido.
Otros maestros fundadores, otrora esclavos secuestrados de África, que construyeron la cultura blues en el delta del Misisipi y Chicago, por nombrar los dos ejes geográficos, que fueron adoptados como los maestros de aquella tribu de jóvenes británicos, están incluidos en el nuevo disco de los Rolling Stones: Willie Dixon, Howlin’ Wolf, Eddie Taylor, Jimmy Reed. Puros jefes.
Antes de ocuparnos del más reciente disco de los Stones, conviene ubicar una grabación anterior, que apareció y se esfumó en poco tiempo y resulta significativo porque la publicación del álbum de título francamente ridículo: GRRR!, una muy amplia recopilación con motivo de los 50 años del grupo, tuvo una versión mega
, por la cantidad de información de audio contenida (320 Kbps) y que en el registro del Disquero es el ejemplo máximo de calidad de sonido jamás lograda en disco.
Esa versión Mega
se distinguió porque a diferencia de la hiperesbeltez
, delgadura
o delgadéz (jeje) de los cedés, era gordo
de manera que no cabe en la ranura de un lector convencional de discos. Debe ser leído en un aparato Blue Ray y si se cuenta con un sistema óptimo de amplificador y bocinas (un buen 7.1 con dos sub boofers, por ejemplo), la experiencia es inigualable. Es el Nirvana del sonido.
Pero no prosperó el experimento. Quizá por el precio. No ha habido más grabaciones de ese tipo, ni de los Rolling Stones, que lo inventaron
, ni de ninguna otra banda.
Y ahora sí, ocupémonos de la novedad discográfica de Sus Satanísimas: Totally Stripped (2016), versión aumentada y mejorada en sonido, imágenes y en disco doble, uno de los cuales es audio y el otro una película formidable, del original, del mismo nombre, que lanzaron en 1995 y que ahora se completa con las mejores versiones de las piezas que repitieron en su gira europea reciente, con resultados verdaderamente de alarido.
Se inicia con una versión estremecedora de Not fade away, lograda en Ámsterdam y el segundo track es uno de los varios episodios nirvánicos del disco: Honky Tonk Women, como sonó en París y donde notamos la evidencia que ocurrió en los conciertos de marzo pasado en México: los Rolling Stones necesitaron más de medio siglo para aprender a tocar como negros del delta del Misisipi. Y lo lograron.
Y su más reciente disco está lleno de esas evidencias. Por ejemplo, en la fascinante versión que lograron en Londres de Miss You, el juego de palabras, la prosodia y el manierismo de Mick Jagger cuando cantila estos versos.
I’been walking Central Park
Singing after dark
People think I’m crazy
I’been stumbling on my feet
Shuffling though the street
People ask me, “What’s the
matter with you, boy?”
El verso final lo descompone, descuartiza, decanta, desintegra, deconstruye y reconstruye de distintas formas en los varios da capo que ejecuta: whats with you/ whatsthefuck.../ whatssss/ wh…/ nothing…
...y de manera semejante encandila los versos de profunda raigambre negra en Midnight Rambler, que en la versión que logró en México resultó en una epifanía y en este disco se prolonga en un divertimento de ritual y magia negra y blanca y roja, rojísima y de muchos colores, que logra con su voz Mick Jagger y hacen flotar las guitarras aceradas, hilos de mercurio, aurigas griegas de Keith Richards y Ronnie Wood.
Ah, hablando de entender la cultura musical de la negritud. Ya no sólo Lisa Fisher, la cantante solista, sino también Bernard Fowler figuran como primera línea de la banda Rolling Stones y hay que decirlo porque antes, qué pena, los escondían
, en especial al maestrísimo Daryl Jones, quien a pesar de tener ya ¡23! años en el grupo, en sustitución de Bill Wyman, no es sino hasta ahora que lo lucen en primera plana, con harto orgullo y placer, como precisamente en esta pieza, Miss You, donde Daryl suelta un solo de alcances descomunales. Al punto tal, que en un momento dado, Mick Jagger voltea asombrado a ver de qué callada manera (je) el maestro Daryl Jones encandila a la multitud con un solo de bajo estremecedor y de plano grita Mick: shut the fuck up!
, algo así como: cállense todos, para que puedan escuchar este prodigio descomunal
.
Descomunal, he ahí la dimensión exacta del nuevo disco de los Rolling Stones, esos semidioses descomunales.
Larga vida.
Ah, pero, un momento, están sonando los Rolling Stones, ergo:
Shut the fuck up!!!