El América festejó ayer su centenario con la inauguración de una cancha en sus instalaciones de Coapa y con el aterrizaje –se intentó que fuera en el círculo central de ella– de cinco paracaidistas. Tan sólo eso para celebrar al equipo más grande de México, según la opinión del capitán Rubens Sambueza.

Al acto asistió el dueño del equipo, Emilio Azcárraga Jean, quien evitó el contacto con los medios de comunicación. El que sí habló fue el presidente deportivo del club, Ricardo Peláez, quien resaltó que de 1916 a la fecha el equipo amarillo es el más ganador y en los próximos 100 años tenemos la obligación de seguir siéndolo.

Insistió en que para festejar el centenario deben conquistar por lo menos uno de los tres títulos que las Águilas disputan este año: liga, copa y Mundial de Clubes. Aquí somos evaluados permanentemente y las metas son altas. También tenemos la obligación de ganar jugando bien, agregó.

El directivo aseguró que Azcárraga se encuentra entusiasmado con el actual plantel y con el técnico Ricardo La Volpe, quien le dijo al propietario que está tratando de dar orden y una idea de juego al plantel, y lo que se busca al final es que gane y guste.

Por su parte, Sambueza se mostró contento de pertenecer al América en este aniversario tan importante y estamos tratando de disfrutarlo, pero tenemos la responsabilidad de que esta historia siga creciendo.

El argentino admitió que los festejos no serán completos sin buenos resultados, por lo que seguimos entrenando y trabajando mucho para hacer un buen partido este sábado y que la fiesta siga con una victoria sobre los Xolos.

Por su parte, La Volpe consideró que dirigir a las Águilas en su centenario es cumplir sueños, y admitió la obligación de conseguir un cetro.

Sabemos que debemos dar títulos. Es una institución grande en el mundo. Buscaremos los campeonatos, dijo, aunque aclaró que vamos batalla por batalla. Cien años no se dicen todos los días y tener la fortuna de estar acá en este día es algo importante.

En sus instalaciones de Coapa, el club de Televisa inauguró su cancha número cinco con el nombre de Cien años de grandeza, misma leyenda con la que los paracaidistas descendieron al campo, pero sólo uno de ellos cayó en el círculo central.

Después del corte simbólico del listón de apertura, el equipo titular enfrentó en un minipartido a 100 niños provenientes de cinco organizaciones altruistas con las que colabora el club.

Por la mañana, los aficionados amarillos se dieron cita en las afueras del inmueble, donde entonaron Las Mañanitas. Al mediodía, desplegaron una manta de 100 metros de largo en la fachada. Unos 500 seguidores del club lanzaron porras y cánticos, mientras algunos automovilistas se unían al festejo y otros pitaban groserías.