Programa de becas busca eliminar brecha para indígenas
Pueblos originarios tienen en promedio 3.7 años menos de escolaridad
Viernes 14 de octubre de 2016, p. 40
La desigualdad no es una mera situación desafortunada, sino un problema estructural enraizado, el cual, de manera inaplazable, debe ser erradicado, sostuvo el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers.
Al reunirse con los miembros del Sistema de Becas para Estudiantes de Pueblos Indígenas y Negros de México (SBEI), el rector enfatizó que la falta de oportunidades se traduce en una alarmante brecha educativa, pues los pueblos originarios tienen, en promedio, 3.7 años menos de escolaridad que el resto de la población y, en consecuencia, tienen bajos ingresos, mayores tasas de natalidad, más pobreza y menor esperanza de vida.
Los jóvenes beneficiarios de este programa provienen de 36 pueblos originarios de 18 estados de la República, presentes en 42 planteles y más de 100 licenciaturas y programas académicos de la UNAM.
En este contexto, Graue Wiechers aseveró que esta desigualdad lacerante debe considerarse en la creación de políticas públicas, en la asignación del presupuesto y en todos los ámbitos de la educación pública.
Educarnos, respetarnos, entendernos y desarrollarnos deben ser las aspiraciones de nuestra realidad contemporánea.
En la UNAM, prosiguió, uno de estos esfuerzos es el sistema de becas dirigido a los estudiantes indígenas, que apoya a 850 alumnos entre médicos otomíes, músicos zapotecos, abogadas triquis, sicólogas nahuas y filósofos chinantecos, quienes representan un abrevadero de optimismo para un mejor futuro.
Al terminar sus estudios y desde sus distintos quehaceres, harán de nuestro país uno más equitativo, donde los ciclos de injusticia y segregación se desvanezcan y nos permitan tener un proyecto de nación en el que todos nos sintamos orgullosos de nuestra pertenencia
, subrayó.
Giovanni Mendoza Ojeda, becario chocholteca que cursa la licenciatura en la Facultad de Derecho, indicó que su presencia de ellos en la universidad muestra que esas culturas nunca murieron y están orgullosos de pertenecer a ellas.
Su papel como jóvenes originarios es, dijo, conservar y transmitir su lengua como mecanismo de libertad. Ahora, acotó, exigen salud, educación, justicia, vivienda y paz. Aspiran a que los niños de sus comunidades no mueran antes de que puedan conocer un libro y luchan por que ya no se les despoje de sus tierras.
Ana Griselda López Salvador, becaria ñañú que cursa la licenciatura de pedagogía en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, comentó que ante los despojos y políticas descontextualizadas que buscan imponer en sus comunidades, ellos deben defender sus lenguas, cultura y dejar de lado el individualismo.
No se trata de volver a un pasado idealizado, sino de encarar los problemas de las sociedades contemporáneas, aprendiendo de nuestras raíces
. Estar en la UNAM, remarcó, nos convierte en agentes de cambio para generar propuestas encaminadas al bien común
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