Presupuesto 2017. Captar bien, no reducir el gasto
rincipio básico de la ideología neoliberal es el desplazamiento del Estado, y en particular de las actividades económicas y sociales susceptibles de convertirse en negocio privado, ganancias y poder.
Jibarisar al Estado mexicano ha sido un triunfo pírrico de los políticos de la derecha neoliberal, que bajo las siglas del PRI, PAN y otros alineados han depredado a nuestro país y su población desde los tres poderes y en los tres niveles de gobierno.
El presupuesto 2017
En términos fiscales tal achicamiento del Estado tiene su correlato en los presupuestos, y el propuesto 2017 es ejemplar.
A partir de una premisa falaz No hay dinero, el gobierno reduce -1.8% real los ingresos esperados para 2017 (Gráfico 1).
Lógicamente también reduce los egresos en -1.8%, toma la Gran Tijera y no deja títere con cabeza, aunque eso sí, preserva escrupulosamente las prebendas y proyectos de la élite burocrática-empresarial.
Lo que sí reduce abruptamente son los recursos de la administración pública, con daño sensible a rubros productivos o de inversión social: Agricultura -30.0%, Pemex -33.8, Educación -15.6, Salud -11.2, Medio Ambiente -38.8, ciencia, cultura... (Gráfico 2). También bajan los recursos para seguridad: Defensa-7.2%, Marina -7.2, Procuraduría -6.8, Gobernación -17.1,... y para la CDMX.
¿Y qué tal si en vez de reducir el gasto aumentamos el ingreso? Por supuesto que en mucho se debe mejorar el gasto público, pero no reduciéndolo sino aumentándolo en el interés del país, sin más endeudamiento, y con el fin de permitir al Estado cumplir con sus funciones.
Los neoliberales han sido probadamente ineptos y parciales al recaudar los impuestos, y particularmente obsecuentes a no gravar los ingresos de ese 0.01% de la población que concentra la riqueza y el ingreso en el país, y a permitir una elusión fiscal de enormes proporciones.
Sería mucho pedir que el gobierno y los legisladores vieran a México como un país de avanzada en democracia económica y equidad social con rangos fiscales de captación entre 40 y 50% del PIB (México capta el 19.5%) (Gráfico 3). Pero sí debemos exigir que cuando menos se acerque a la captación media de la OCDE (34.4% del PIB).
Imperdonable es en especial que México capte por Impuesto sobre la Renta (ISR) sólo 5.8% del PIB cuando el promedio de la OCDE es del doble (11.7%) . Para subir estos 6 puntos del PIB (1 billón 200 mil millones de pesos) se requieren únicamente tres medidas: 1) elevar la tasa marginal (máxima) aplicable a los ingresos personales multimillonarios del 35% actual al 45 de Francia, al 50 de Bélgica, o al 57% de Suecia (entre mayor la concentración del ingreso mayor debe ser la tasa marginal), 2) elevar la tasa a las utilidades corporativas del 30 al 40% (como en Estados Unidos), y 3) cancelar las múltiples rendijas legales que permiten a corporativos y élites eludir el pago correcto de este impuesto.
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