Los campesinos que pretenden acceder a los recursos de los programas gubernamentales deben leer y entender, cada año, las más de 500 cuartillas de las reglas de operación y los anexos de cada uno, cubrir los requisitos y acudir a las ventanillas de ocho instituciones, pero eso no les asegura que tendrán los apoyos.

Por ello, dirigentes de las agrupaciones que conforman el movimiento El Campo es de Todos propusieron la creación de un programa para los pequeños productores donde confluyan 10 componentes de los actuales programas destinados a este tipo de productores, ya que siete de cada 10 unidades de producción (en el país hay 2.6 millones) tienen menos de cinco hectáreas.

En la reunión del pasado martes, en la Secretaría de Gobernación, encabezada por el subsecretario de Gobierno, René Juárez Cisneros, y a la que acudieron el oficial mayor de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa), Héctor Velasco Monroy, y la subsecretaria de Desarrollo Rural, Mely Romero, los líderes campesinos insistieron en que Sagarpa etiquete 50 por ciento de los recursos para los pequeños productores y deje de tratarlos como pobres y marginados, pues se destinan 80 mil millones de pesos al subsidio social y sólo 40 mil millones al subsidio productivo.

Javier López Macías, de Unimoss, comentó: buscamos un acuerdo global, es decir que las secretarías de Estado e instituciones que tienen programas para los campesinos acuerden abrir una sola ventanilla y que el programa para los pequeños productores tenga 10 componentes, incluyendo financiamiento, incentivos para la comercialización e infraestructura para el acopio. Buscamos se logre antes del 8 de noviembre para que se incluya en la discusión del presupuesto para el sector.

Luis Gómez Garay, de la Unión General Obrera Campesina y Popular, dijo que debe modificarse la política pública para frenar los abusos en la entrega de los recursos, pues los mayores montos son para los que más tienen. En el ProAgro, por ejemplo, utilizan mecanismos de simulación y el subsidio se entrega a quienes tienen, por medio de la renta de tierras, entre mil 500 y mil 800 hectáreas.

Es también un llamado a la reflexión, porque en el campo hay abandono, pobreza y desesperación, acotó.

Los dirigentes apuntaron que la Sagarpa fusionó y modificó los nombres de programas, disminuyó componentes, en particular de los destinados a los pequeños productores, pero cayó en el error de ofrecernos apoyos fragmentados sin orientación productiva para 2017.

La política debe cambiar para que los proyectos generen ingresos económicos, se cubra toda la cadena productiva, se diversifiquen las actividades, impulse la organización y gobernanza, se realicen compras gubernamentales en apoyo a los pequeños agricultores y se fortalezcan los mercados regionales, acotaron.