Reacomodos
on una Duma o cámara de diputados subordinada por completo al Ejecutivo, igual que el Consejo de la Federación o senado, el titular del Kremlin, Vladimir Putin, ha cambiado –en los dos meses recientes– a cuatro figuras clave de su entorno más cercano, así como a numerosos funcionarios de segundo nivel, como parte de los importantes reacomodos en la cúpula política de Rusia que está llevando a cabo y que, en opinión de los expertos, distan de haber concluido.
En apretada síntesis, conviene mencionar los cambios más relevantes en cargos que están llamados a desempeñar un papel crucial en el quehacer interno de Rusia en los años por venir.
De origen estonio, nacido en Tallin en 1972, Anton Vaino –nieto del primer secretario del partido comunista de Estonia entre 1978 y 1988, diplomático ruso y miembro del equipo de Putin con fama de tecnócrata– asumió la jefatura de la poderosa Oficina de la Presidencia. Sustituyó al general, primero del KGB y luego del FSB, Serguei Ivanov, miembro de la vieja élite gobernante, siempre cercano a Putin desde finales de los años 90 del siglo pasado.
Otro tecnócrata, Serguei Kiriyenko –ex primer ministro de Rusia que presentó al entonces presidente Boris Yeltsin la candidatura de Putin para dirigir el FSB y desde 2007 encabezó la corporación pública RosAtom, dedicada al uso de la energía nuclear con fines pacíficos–, es ahora, en su calidad de primer jefe adjunto de la Oficina de la Presidencia, el máximo responsable de coordinar la política interna del país. Remplazó a Viacheslav Volodin, considerado el principal artífice del triunfo del partido oficialista Rusia Unida en las elecciones parlamentarias de septiembre anterior.
Volodin preside la nueva Duma, posición desde la cual podrá seguir moviendo los hilos de una cámara de diputados que seguirá estando al servicio del Kremlin. Para algunos observadores, se trata de un ascenso que, por lealtad y edad, sitúa a Volodin en el rango de eventual sucesor de Putin, junto con otros aspirantes.
El anterior líder de la Duma, Serguei Naryshkin, regresó a sus orígenes como espía y recibió la encomienda de dirigir el Servicio de Inteligencia Exterior, que formaba parte del antiguo KGB, igual que el FSB, a cargo de la seguridad interna y el contraespionaje. El anterior director, Mijail Fradkov, puede hacerse cargo del consejo de administración de la corporación pública Ferrocarriles de Rusia, entre los muchos rumores que circulan.
Todos estos reacomodos –así como la creación de una guardia nacional, todo un ejército para asuntos domésticos, encabezado por el antiguo jefe de la escolta de Putin, el general Viktor Zolotov– obedecen a la intención de asegurar la continuidad de la élite gobernante a partir de 2018.
Quedan dos años para que concluya el actual periodo presidencial de Putin, y no está claro si se presentará como candidato a una cuarta relección. Por ahora sólo son previsibles el deterioro de la situación económica en Rusia y el consiguiente malestar de la población.