La reingeniería del gasto público se ha orientado a cubrir los gastos ineludibles, más que a buscar un gasto público eficaz, aseguró el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (Ciep). Explicó que este ejercicio, que comenzó desde 2015, ha derivado en una reducción de programas presupuestarios y también del presupuesto público propuesto para 2017.

Señaló que la reducción prevista no necesariamente es resultado de un ejercicio de evaluación o de eficacia del gasto público, sino de la necesidad de cubrir otras obligaciones ineludibles, que hacen que el espacio fiscal se vea reducido a través del tiempo. Los incrementos en las asignaciones para pago de deuda y pensiones son un reflejo de que el futuro ya nos alcanzó, consideró la analista Sunny Arely Villa.

El Ciep recomendó que para restructurar el gasto público, además de una revisión de las evaluaciones existentes, es necesario priorizar los tipos de gasto del gobierno, ya que existen obligaciones por compromisos adquiridos con anterioridad como la deuda y derivadas de la legislación vigente, como el pago de pensiones y erogaciones para las entidades federativas.

Una de las principales razones de existir de cualquier gobierno es la provisión de bienes y servicios públicos, tales como seguridad, espacios públicos, vías de comunicación, además de otras obligaciones como la garantía de los derechos establecidos en la Constitución.

Después del ejercicio de reingeniería del gasto público, encabezado por el gobierno federal, la restructura presupuestaria ha favorecido los programas con modalidades de Prestación de servicios públicos (agua, educación, salud, etc), Pensiones y jubilaciones, gasto federalizado, Aportaciones a la seguridad social, Participaciones a las entidades federativas y municipios, Costo financiero, deuda o apoyos a deudores y ahorradores de la banca, y a los Adeudos de ejercicios fiscales anteriores, que en conjunto, para 2017, se incrementan con respecto de 2016 en 7.1 por ciento, que equivale a 17.2 por ciento del PIB y a 70.8 por ciento del presupuesto total.

La proporción de los gastos ineludibles (gasto programable y no programable) para 2015 y 2016 fue de 61.5 y 65.2 por ciento, con 2 billones 916 mil 410 millones y 3 billones 185 mil 142.4 millones de pesos, respectivamente.

El gasto no programable en el que se incluyen las participaciones a las entidades federativas y municipios, el costo financiero de la deuda y apoyo a deudores y ahorradores de la banca y los adeudos de ejercicios fiscales anteriores (Adefas), concentran para el año próximo un billón 72 mil 724.7 millones de pesos, que representan 24.8 por ciento como proporción del PIB, contra el de 2015, cuando estos renglones significaban 20.2 por ciento del PIB.