Fiacro o el triunfo de la sinrazón está a cargo de Cuarto Menguante
Sábado 29 de octubre de 2016, p. 6
Vivir el presente sin preocuparse por las consecuencias. Vivir en un extremo hedonismo inconsciente y autodestructivo. Pensar que el hoy es eterno y al mismo tiempo ser ese cáncer social que las políticas del gobierno hacen que aparezca en el cuerpo de la sociedad
, es lo que representa el protagonista de Fiacro o el triunfo de la sinrazón, pieza dramatúrgica de Ricardo Guzmán Wolffer, que se escenifica en el Foro Cultural Coyoacanense Hugo Argüelles.
De acuerdo con el autor, Fiacro es un joven cuyo obsesivo deseo es tener relaciones sexuales con su novia, quien rehúsa hasta estar casada, pero también es narcomenudista, abusivo, impune y corrupto.
Para el también novelista y poeta, la cuestión de las relaciones sexuales entre jóvenes es un tema de enorme actualidad en el país, pues los embarazos entre adolescentes se han convertido en un severo problema social al grado de que las instituciones de salud consideran que cualquier embarazo en mujeres menores de 15 años es de alto riesgo. Fiacro es un personaje que lo único que quiere es acostarse con su novia
.
Respecto de que es narcomenudista, añade el escritor, no se trata de una historia que pretenda moralizar o enseñar a los jóvenes los riesgos de consumir drogas, pero sí es una obra que hace presente el tema para que por lo menos se reflexione, sobre todo ahora que hay cierta controversia sobre la legalización de la mariguana, pero no de las drogas fuertes
.
Quienes gusten de la ópera Don Giovanni, de Mozart, continúa Guzmán Wolffer, en la historia se encontrará un cierto guiño en el personaje, de ahí el título: el triunfo de la sinrazón. Pues la sinrazón de Fiacro es querer vivir únicamente en el presente, sin plantearse las consecuencias de sus actos y la forma en que afecta a los demás y a sí mismo. Su sinrazón es un extremo hedonismo inconsciente y de cierta manera autodestructivo. Es pensar que el presente es eterno
.
Madre con doble moral
En torno a Fiacro está su novia, la chica buena
, la madre de ésta, mujer quintaesencia de la doble moral
, quien por un lado piensa cómo beneficiarse cuando se case la hija y, por otro, inculca los valores del recato en su hija: al tiempo que ella (la madre) tiene varios novios de los que abusa y chantajea sentimentalmente.
La obra cuenta con una especie de narrador, un borracho que entra y sale de escena
. La historia, adelanta Guzmán Wolffer, está salpicada de ironía y humor negro. Hay muchas escenas en las que el personaje se burla de su nombre, el borracho se mofa de los protagonistas. Decía Hugo Argüelles que la mejor manera de diseccionar una sociedad es con un poco de humor
.
Sin ser una comedia, concluye, hay una parte en la que el espectador tiene que deducir el significado de la trama; hay cierto misterio narrativo que implica a un hermano y se resuelve en los últimos minutos
.
Fiacro... es puesta en escena por la compañía Cuarto Menguante Teatro, dirigida por Armando Solares, para quien “el protagonista es una especie de cáncer social, que la misma política genera, y de ese modo deteriora el cuerpo de la sociedad. Es un personaje que representa un círculo vicioso.
“Con Ricardo Guzmán y los actores –explica el director– trabajamos más de seis meses la obra, ya que funcionaba más como novela; tuvimos que ajustarla y darle un tratamiento más apegado al lenguaje escénico.”
Fiacro o el triunfo de la sinrazón, segunda obra de teatro de Guzmán Wolffer, con dirección de Armando Solares, se monta con el auspicio de Gerardo Aboytes, en el Foro Cultural Coyoacanense Hugo Argüelles (Allende 36, Coyoacán). Funciones: lunes de octubre, a las 19 horas. Entrada libre con cooperación voluntaria, cuyos fondos serán donados a la Fundación Renace, dedicada a la rehabilitación de personas con adicciones.