Sábado 29 de octubre de 2016, p. a10
Viena. Bienvenido a Viena, capital autoproclamada del “turismo macabro”, con sus catacumbas con cuerpos momificados, su cementerio con 3 millones de muertos y hasta un bebé en formol apodado El diablo. La ciudad del vals también encierra curiosidades fúnebres a las que se propone sacar partido para convertirlas en eje de desarrollo turístico único en su estilo. “Los aspectos sombríos o morbosos de Viena son un plus fuera de lo común para promover la ciudad”, aseguró Florian Wiesinger, de la oficina de turismo, quien subió en la red un video invitando a visitar los “compositores descompuestos” que descansan en el cementerio.