Hay que hacer algo, ya que el fenómeno de desplazamiento continuará, señala
Se debe destinar presupuesto y atender el problema, no sólo hacer declaraciones
Sábado 29 de octubre de 2016, p. 10
El representante de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en América Latina, Jorge Sequeira, alertó sobre la vulneración de los derechos a la enseñanza y a la salud que enfrentan niños y jóvenes migrantes en la región, quienes se ven excluidos y marginados de las oportunidades
.
En entrevista, afirmó que pese a la leyes de educación y los marcos de protección que se han aprobado en varios estados, esto sólo se traduce en mucha legislación y poca práctica, que aunque no es mal intencionada, en los hechos falta llegar a esta población
.
Indicó que este flujo migratorio va a seguir: lo vemos todos los días, hay ciclos y tenemos que hacer algo. Más allá de la simple declaración, debemos tomar acción
.
Hay que pensar, indicó, en aquellos que ya sufren y quizá ofrecer repatriación o dar las condiciones mínimas para el ejercicio de sus derechos a la salud y la educación, entre otros, donde quiera que estén
, pues advirtió que para este sector de la población no se están cumpliendo las garantías establecidas en la Convención de Niñas, Niños y Adolescentes.
Luego de participar en el foro Bett Latin America 2016, que reúne a especialistas y académicos en torno a las innovaciones de prácticas y software educativos, advirtió que hay un flujo creciente
de menores que deben abandonar sus comunidades de origen, primero para migrar a las zonas urbanas de sus propios países y después hacia otras naciones, fenómeno que, dijo, va a seguir
en los próximos años.
El representante de la Unesco en América Latina enfatizó que la atención a los niños y jóvenes migrantes y desplazados es un problema muy complejo, que no tiene una solución fácil
. Se requiere de una respuesta compleja en la que garantizar el derecho a la educación sea incluida, pero no es todo, hay muchos otros factores que se deben tomar en cuenta
.
Hay regiones, dijo, como el llamado triángulo norte de Centroamérica –Guatemala, Honduras y El Salvador– y el sur de México donde el fenómeno, afirmó, se ha agudizado. Tenemos una idea relativamente clara de que hay problemas que van más allá de la condición socioeconómica
y que influyen en los flujos migratorios de niños y jóvenes.
Entre ellos, citó la violencia, el narcotráfico y la falta de oportunidades. No es un problema sencillo, es muy complejo y requiere de un esfuerzo conjunto de gobiernos, organizaciones civiles, la Iglesia, padres y los propios alumnos
, quienes pueden organizarse para exigir sus derechos.
Enfatizó que pueden tomar una acción local, hacerlo de forma positiva. No se trata de ir a quemar edificios ni de caer en la violencia, pero pueden hacer esfuerzos para que se alcance la contextualización de sus derechos y que puedan ejercerlos, lo que incluye por supuesto presupuesto a nivel de su localidad
.
Sequeira insistió en que el fenómeno de la migración de niños y jóvenes, quienes, dijo, se trasladan con sus padres desde distintos países o a veces solos, incluido del continente africano y Cuba, para tratar de llegar a Estados Unidos, debe atenderse tanto con acciones proactivas, de prevención y protección de logros, y de forma activa cuando ya se está enfrentando el problema, pues al final se trata de garantizar que estos niños y adolescentes cuando sean grandes sean productivos y no tengan conflictos con la ley
.