Se calcula que asistieron a la verbena más de 160 mil personas
Domingo 30 de octubre de 2016, p. 5
Una vorágine humana desbordó ayer el Centro Histórico de la capital del país y zonas circunvecinas para disfrutar el comienzo de la celebración del Día de Muertos organizada por el gobierno de la Ciudad de México.
Desde el mediodía, decenas de miles de personas comenzaron a apostarse en torno del Ángel de la Independencia y sobre el Paseo de la Reforma, avenida Juárez, la calle Cinco de Mayo y la Plaza de la Constitución para atestiguar el primer magno desfile conmemorativo de esa efeméride, cuyos festejos en México forman parte de la lista del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
Fue una fiesta multitudinaria que, según cálculos iniciales de los organizadores, logró reunir a más de 160 mil espectadores de todas las edades y estratos sociales.
Una verbena de colores, de sonidos, de atuendos, de bullicio, de alegría, de convivencia, en la que cientos, si no es que miles de personas vistieron coloridos disfraces, desde las tradicionales Catrinas, inspiradas en los grabados de José Guadalupe Posada, y calacas ataviadas de charros hasta vampiros, hombres lobos, zombis, demonios, fantasmas, una que otra máscara de Donald Trump y demás criaturas chocarreras.
El banderazo de salida fue dado por el jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, apenas pasadas las tres de la tarde, en medio de una atmósfera un tanto caótica debida al maremágnum de cámaras de televisión y fotográficas, así como de reporteros que daban cuenta de las incidencias.
La expectación generada por este singular acto no sólo se expresó en la cuantiosa asistencia de público, sino también en la cobertura mediática. Según la Secretaría de Cultura de la capital del país, se acreditaron 350 medios informativos del mundo.
A lo largo de poco más de tres horas, diversas comparsas recorrieron los 680 metros lineales del trayecto que media entre el Ángel de la Independencia y el Zócalo, dejando una estela de azoro no sólo entre los más pequeños, de alaridos y ovaciones, de cantos y porras, de festejo entre las vallas humanas que siguieron su paso.
La idea de este desfile nació a partir de que el año pasado fueron rodadas en el primer cuadro de esta urbe las primeras escenas del filme Spectre, de la saga dedicada al agente 007, James Bond.
La vistosa procesión estuvo compuesta por carros alegóricos que aludían a la muerte, alebrijes, comparsas musicales y dancísticas, marionetas gigantes y de menor escala, mojigangas y decenas de participantes con vistosos atuendos y disfraces.
Catrinas gigantes elaboradas en cartón se entremezclaron con calaveras tehuanas y esqueletos revolucionarios, danzantes concheros que nunca detuvieron su frenético baile al hipnótico ritmo de los tambores, monstruos gigantes surgidos de la febril imaginación humana, acróbatas que abrían la boca de los transeúntes con sus saltos mortales y patinadores y zanqueros de cuerpos pintados....
Fue un recorrido por demás vistoso y colorido, diverso y siempre entretenido, en el que también se escucharon músicas diversas, desde son jarocho hasta rock, cantos cardenches y piezas tradicionales de banda de viento.
Con la participación de mil 28 voluntarios, el desfile estuvo dividido en tres grandes segmentos, los cuales sintetizan el culto a la muerte en el país desde la época prehispánica hasta nuestros días.
El primero fue el del Viaje al Mictlán, en el que comparsas de bailarines ataviados con vestimentas precolombinas bailaron danzas tradicionales, al tiempo de que eran acompañados por representaciones de deidades mesoamericanas relacionadas con la muerte.
Siguió el denominado la Muerte Niña, en la que diversos automóviles clásicos transportaron a mujeres maquilladas de calavera con trajes típicos de diversas regiones del país, salamandras gigantes que corrieron sobre el asfalto y títeres de esqueletos de tamaño natural que bailaron a diferentes ritmos.
La parte más vistosa y celebrada fue la denominada Pal’ Panteón, protagonizada por una serie de gigantes mojigangas utilizadas en la mencionada cinta de James Bond. Esas monumentales figuras de cartón representan las efigies de la Catrina, la pintora Frida Kahlo y un catrín de sombrero de copa.
En este segmento apareció asimismo un numeroso ejército
de calacas vestidas a la usanza de la Revolución Mexicana, la bola y las Adelitas, así como un altar de muertos movil repleto de flores de cempasúchil en el que se honró la memoria de figuras de la cultura popular mexicana ya fallecidas, entre ellas el cantante Juan Gabriel y el legendario enmascarado de plata, el luchador El Santo.
Cercanas las seis de la tarde, la vanguardia del desfile irrumpió en el Zócalo, recibida entre vítores y ovaciones, y, una vez que el último contingente terminó su paso, se dio paso a diversos espectáculos artísticos, además de que los miles de paseantes pudieron apreciar la megaofrenda dispuesta en ese sitio.
La celebración por el Día de Muertos continuará este domingo y hasta el 2 de noviembre con diversos espectáculos en el centro capitalino.