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La actriz francesa Audrey Tautou presentó en el festival de Morelia su filme The Odyssey

Quisiera tener el valor de surcar los mares como Simone Cousteau

Me duelen mucho las restricciones a la libertad de expresión; el hecho de que hayamos regresado a un pensamiento del medievo es aterrador, afirma

Disfruto de las cosas simples de la vida, los paisajes, el arte y todo lo bello, porque mi naturaleza es contemplativa, dice

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La actriz dejó ver su belleza y sencillez durante su recorrido por las calles de MoreliaFoto Notimex
Enviado
Periódico La Jornada
Domingo 30 de octubre de 2016, p. 8

Morelia, Mich.

Cuando Audrey Tautou camina da la sensación de que flota, que desafía la gravedad. Cuando se le mira con insistencia su rostro parece cincelado a mano. Cuando se le contempla toda ella parece inmaculada. Cuando habla no se atina a saber si está molesta o se finge molesta o si algo que no está en el presente le molesta; pero en la charla que sostuvo con algunos medios de comunicación en el Festival Internacional de Cine de Morelia dejó ver que es una mujer de carne y hueso a la que la afectan los problemas cotidianos y del mundo: Es difícil que alguien me ponga de mal humor, pero cuidado si alguien lo consigue, que se atenga a las consecuencias porque me salgo de mis cabales. Me duelen mucho las restricciones a la libertad de expresión que hay en el mundo. El retroceso que hay en cuanto a la moral y las buenas costumbres.

Tautou, con sus levemente hundidos ojos negros, agrega: El hecho de que hayamos regresado a un pensamiento del medievo lo encuentro aterrador, no sé por qué las personas le tienen tanto miedo a la libertad. No veo por dónde pueda representar ningún riesgo. La libertad puede molestar a algunos.

Nada heróico

La actriz vierte dos sobres de sustituto de azúcar en su taza de café, lo mezcla, y dice desde sus insondables ojos: “Tengo sueños chicos y grandes. A veces quisiera tener el valor de comprarme un barco como lo hizo Simone Cousteau, la protagonista de mi película The Odyssey, y poder surcar todos los mares; eso me encantaría, ese sería mi gran sueño. Pero hacerlo en una película (surcar los mares), y en general encarnar en cualquier personaje de una cinta, eso no tiene nada de heroico”.

Cuando Audrey concluye una respuesta adquiere una seriedad que raya en lo gélido, pero se relaja cuando comienza a responder: “En la película The Odyssey, presencié cada uno de esos lugares maravillosos del mundo y puedo decir que son fantásticos. La Antártica, si uno la ve de cerca, puede apreciar que realmente se está deshielando, porque cada vez está más cercano a tierra firme. El calentamiento global ocurre realmente; me impresionó mucho esta realidad y ver que los fondos submari-nos están en la miseria; los documentales que hizo Jacques Cousteau nos los mostraban llenos de flora y fauna, ahora que hicimos esta película no encontramos nada de eso, como en el Mediterráneo. ¿Quién no despierta y alza la voz cuando se da cuenta de esa realidad? Por eso hago este tipo de películas”.

Audrey, abriendo un poco más sus ojos negros y bebiendo de manera elegante su café, mencionó: También disfruto de las cosas de la vida, como la fotografía, lo que descubro en mis viajes, el arte, los paisajes, todo lo bello, porque mi naturaleza es contemplativa.

Tautou se acomoda en la silla y da otro sorbo a su café, ahora un poco más prolongado, que se le desborda por las comisuras de la boca, ataja el exceso de líquido con la mano izquierda y suelta: En mi opinión, el hecho de que a los hombres se les pague más a que a las mujeres no sólo ocurre en la cinematografía, sino en todos los ámbitos, y en todos los países... para mi eso no ha sido ni una lucha ni un problema ni una preocupación; en cambio en otros ámbitos esa diferencia sí representa un problema, ahí sí soy partidaria de que se les pague lo mismo. Hollywood tiene la particularidad de ser un medio extremadamente machista, creo que si las actrices levantaron la voz fue más por eso.

Pone más pasión y menciona: En la industria del cine la mayoría son hombres, los festivales de cine casi todos están hechos por ellos y hay más productores varones que mujeres; eso se debe a que ellas tuvieron acceso tardíamente a este campo y nos cuesta un poco más de trabajo encontrar nuestro lugar, pero confío ampliamente en que esto puede cambiar y que debemos trabajar en eso.

Termina su café, toma los dos sobres de sustituto de azúcar, los dobla y los deposita en la taza vacía y responde: Hay que preservarse, uno siempre encuentra la forma de hacer su vida fuera del plato, de llevar una vida rica, con muchos intereses. Así como tomar un receso y disfrutar lo que tenemos.

Por eso, agregó la actriz francesa, quien deposita sus breves ojos negros entre el umbral de la puerta y su picaporte: Creo que llevo una vida normal, escucho música y leo dependiendo de los momentos.

Sus ojos negros centellean al ver que la charla con los siete medios de comunicación está por concluir, pero llega la pregunta de mal gusto: si piensa que está a la altura de Julitte Binoche. No soy de las personas que midan su carrera comparándola con otras. Pienso que hay que ser auténtico y estar en el lugar adecuado para uno mismo; pero sí tengo menos experiencia que ella.