Durante cinco jornadas casi un millón de personas abarrotaron el Zócalo, dice a La Jornada
La inversión fue de 12 millones de pesos, señala el titular de la Secretaría de Cultura capitalina
Jueves 3 de noviembre de 2016, p. 5
El Zócalo de la Ciudad de México (CDMX) recibió a casi un millón de personas durante cinco jornadas de celebraciones por el Día de Muertos.
La organización de esas actividades (un desfile, la instalación Canto al agua, en la Plaza de la Constitución, y un programa musical) tuvieron una inversión de 12 millones de pesos, informó a La Jornada Eduardo Vázquez Martín, titular de la Secretaría de Cultura capitalina.
Aunque las actividades en la Plaza de la Constitución en honor a los fieles difuntos se iniciaron hace 18 años, es la primera vez que acude esa cantidad de personas, lo cual ha sido muy impactante. El primer día tuvimos 250 mil personas tan sólo en el Zócalo y otro tanto en el desfile
, dijo el funcionario.
Por tal motivo, continuó, el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, ha decretado que el Día de Muertos será una fiesta de la ciudad que se iniciará siempre el último sábado de octubre para concluir el 2 de noviembre; por supuesto, cada vez se renovará y transformará
.
Participación del gobierno federal
Entre artesanos, músicos, bailarines y demás personal de apoyo participaron 4 mil personas; tan sólo para realizar el desfile fueron mil 200 voluntarios. Sólo un segmento de esta actividad estuvo a cargo del gobierno federal, por conducto de la Secretaría de Turismo y a invitación del Gobierno de la CDMX, porque “ellos, como patrocinadores de la película Spectre, tenían bajo su resguardo parte del material y vestuario que se usó en ese filme para recrear la fiesta de Día de Muertos. Por eso me extraña que el secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, haya dicho que el festejo fue una propuesta presidencial; él sabe que, desde el primer día que nos reunimos, le enseñé la propuesta del desfile. Sus comentarios son una necesidad inoportuna por llamar la atención y faltar a la verdad”, señaló Vázquez Martín.
El funcionario local recordó que en 1998 la celebración fue una iniciativa de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora, que obsequiaba al público pan de muerto. Posteriormente los colectivos de cartonería de la Fábrica de Artes y Oficios de Oriente (Faro) propusieron instalar una megaofrenda.
El proyecto prosperó y se ha convertido ya en una fiesta de la Ciudad de México
, reitera el funcionario, quien considera que “no se suple la visita a los panteones ni las ofrendas familiares en las casas ni la tradicional celebración en lugares como Mixquic, Tláhuac o Xochimilco. Al contrario, la celebración en el Zócalo se suma a ellas, es una recreación urbana con la perspectiva de convocar a una acción cultural en el espacio público que propicie la convivencia alrededor de una festividad que está muy encarnada en el imaginario colectivo.
Se trata de una celebración festiva, jocosa, pero también sagrada y profunda. El Zócalo es hoy uno de nuestros grandes escenarios culturales, esto es fruto de los gobiernos electos de la transición, pues esto se inició en 1998 y no ha parado: el Zócalo convertido en un gran escenario donde el gran protagonista es el público conviviendo, dialogando, discutiendo si le gusta o no lo que sucede en este espacio.
Eduardo Vázquez mostró su desacuerdo ante algunos comentarios que afirman que el festejo de este año en honor a los difuntos fue copiado de Hollywood, ya que se presentó un desfile similar al que aparece en la película Spectre, de la saga de James Bond.
“El equipo de filmación llegó hace dos años a la ciudad y vio la megaofrenda en el Zócalo, entonces elaborada por el artista César Martínez, titulada Porque vivo, muero. Eran unas calaveras gigantes dedicadas a Octavio Paz, Efraín Huerta y Gabriel García Márquez, quien acababa de fallecer. Ellos vieron a las decenas de miles de personas entrar a la Plaza de la Constitución, algunos caracterizados de catrinas.
“Entonces hay un falso dilema, pues lo que hace la película es recrear la celebración que forma parte de la cultura de la Ciudad de México; no están inventando nada. Es absurda la afirmación de que nuestra celebración tiene su origen en la cinta de James Bond. Incluso, la fiesta de muertos aparece en otra película, en Qué viva México, de Sergei Eisenstein, también como una recreación, pues no es un documental.”
El secretario de Cultura insistió en que todo el arte que aparece en Spectre fue elaborado por artesanos mexicanos, principalmente los del Faro y que el desfile del fin de semana “no fue una calca de la película. El nuestro tuvo tres segmentos, uno dedicado al Mictlán, el otro a la muerte niña, donde se plasmó el mestizaje, y el último fue un homenaje a José Guadalupe Posada. Sólo se utilizaron dos figuras que habían aparecido en la película, porque son de aquí, hechas en los Faros.
“Tampoco creo que se haya trivializado el festejo con el desfile, el cual tuvo un alto contenido pedagógico e histórico. Ni hablar de la propuesta de la artista Betsabée Romero (la instalación de trajineras) y la música que se ha estado presentando.
El año que entra, para el desfile, se reinterpretará todo de otra manera. Esta celebración se hizo con la colaboración de muchas instancias: las secretarías de Cultura de la CDMX, de Desarrollo Económico, de Turismo, el Fideicomiso del Centro Histórico que hizo el concurso de ofrendas, la UNAM que instaló su megaofrenda en la Plaza de Santo Domingo, la Universidad del Claustro de Sor Juana, el Instituto de la Juventud y, por supuesto, de la Secretaría de Turismo federal. Todos sumamos recursos.