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Ubicar obras de compositores nacionales es un enorme escollo, señala Xochiquetzal Ruiz

Buscan revitalizar la incipiente edición de música mexicana

La investigadora figura entre los fundadores de Paxli, iniciativa independiente dedicada a la publicación, promoción y difusión de partituras

El primer trabajo de esa agrupación, la antología Códice Tambuco, será presentada el sábado en el Cenart, adelanta en entrevista con La Jornada

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Si 5 por ciento de la música del siglo XX y el XXI en México está editado es mucho, además de que la dispersión de ese patrimonio musical es enorme. La mayoría de las obras las conservan los compositores en sus propios acervos; son partituras de clóset, indica Xochiquetzal Ruiz, quien al lado de un colectivo de profesionales fundó la sociedad civil Paxli, Música Mexicana para difundir la obra de autores nacionalesFoto Luis Humberto González
 
Periódico La Jornada
Viernes 4 de noviembre de 2016, p. 2

La enorme dificultad para localizar y acceder a las obras de autores nacionales es uno de los principales escollos de la música de concierto en México, opina la musicóloga Xochiquetzal Ruiz.

¿Cómo programar, tocar y difundir a un compositor del país si se desconoce dónde están sus partituras? Es un problema de falta de ediciones. Esto orilla a los autores a guardar su producción en archivos personales, señala.

Ese panorama llevó a la investigadora, al lado de un colectivo de profesionales que trabajan en diferentes áreas de la música, a fundar Paxli, Música Mexicana, sociedad civil dedicada a la edición, promoción y difusión de la obra de compositores nacionales.

El primer producto de esa iniciativa independiente es la edición de una antología de música mexicana para cuarteto de percusiones, integrada por 10 obras de igual número de compositores, la cual será presentada este sábado a las 19 horas en una mesa redonda-concierto en la sala Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (Río Churubusco, esquina calzada de Tlalpan, colonia Country Club, estación General Anaya del Metro).

Códice Tambuco es el título de esa edición, cuyo nombre responde a que la selección de las obras fue realizada por Tambuco, uno de los ensambles de percusiones más prestigiados en el mundo.

Contra criterios historicistas

En entrevista con La Jornada, Xochiquetzal Ruiz explica que uno de los ejes de esa propuesta editorial estriba, precisamente, en publicar antologías y encomendar a reconocidos intérpretes mexicanos la curaduría de los autores y las obras.

La finalidad es evitar que prevalezca un criterio historicista o académico y que, en cambio, las partituras elegidas respondan al conocimiento, el interés y el gusto de los ejecutantes.

No deseamos que ocurra con nosotros lo que con otras editoriales de música en México, que solamente difundían a los autores que eran parte de cierto grupo o afines a éste, aclara.

Buscamos que nuestras antologías sean lo más diversas, variadas y representativas posibles y den cuenta de lo que ha sido la música en el país desde el siglo XIX hasta nuestros días.

Ex integrante del Centro Nacional de Investigación y Documentación e Información Música (Cenidim) Carlos Chávez, la musicóloga destaca que durante un trabajo anterior al nuevo proyecto pudo percatarse de que la edición de música mexicana es prácticamente inexistente.

Si 5 por ciento de la música del siglo XX y el XXI en México está editado es mucho, además de que la dispersión de ese patrimonio musical es enorme. La mayoría de las obras las conservan los compositores en sus propios acervos, precisa.

Son partituras de clóset, como dice Ricardo Gallardo (director de Tambuco): el autor las escribe; si tiene suerte, las estrenan y luego regresan al archivo, y no pasa nada más. Por eso, ya no se vuelven a tocar.

Recuerda que los años 80 y 90 del siglo pasado fueron los mejores en lo concerniente a la edición de música nacional.

Estaban Ediciones Mexicanas de Música, la Liga de Compositores de Música de Concierto y la Colección de Música Sinfónica de la Universidad Nacional Autónoma de México. Sin embargo, hoy existen cada vez menos editoriales y es más difícil encontrar obras de autores mexicanos, considera.

Tres antologías en 2017

Códice Tambuco consta de una caja con 11 cuadernillos en los cuales se reproducen 10 partituras de una decena de compositores mexicanos que han sido interpretadas por ese grupo a lo largo de 23 años, así como uno más en el que se ofrece la semblanza de cada autor en español e inglés.

Esas obras son Nocturno y toque, de Javier Álvarez; Fase II, de Ignacio Baca-Lobera; Organika, de María Granillo; Estudios rítmicos, de Ana Lara; Souffle, de Gonzalo Macías; Sabe como ê, de Leopoldo Novoa; Liquid Borders, de Gabriela Ortiz; La chunga de la jungla, de Eugenio Toussaint; Quartet #2 for percussion keyboards, de Raúl Tudón Toledo, y Teguala, de Juan Felipe Waller.

Esa primera edición está integrada por 100 ejemplares impresos y 900 disponibles en formato electrónico (ebook), y sin ser aún presentada se cuenta ya con pedidos en escuelas y conservatorios de México, Colombia y Japón. (Los interesados pueden adquirir la antología en la página web).

Xochiquetzal Ruiz adelanta que para el próximo año se prevé editar por lo menos tres antolo-gías: una dedicada a música para flauta transversa, otra para piano y una más para guitarra.