Moscú.

El Parlamento ruso votó una ley que considera un crimen forzar a un deportista a doparse, meses después de que Rusia estuvo a punto de ser excluida de los Juegos Olímpicos de Río por el escándalo de dopaje a gran escala.

Esta legislación, que deberá ser aprobada por el Senado y por el presidente Vladimir Putin, establece sanciones económicas y penas de un año de prisión para los entrenadores declarados culpables de haber recurrido a amenazas o chantajes para que un atleta consuma sustancias prohibidas.

Para los casos en que el imputado involucre a un deportista de manera individual en dopaje será sancionado hasta un año con la privación de libertad o una multa de 300 mil rublos (4 mil 700 dólares).

Se trata de una respuesta a las críticas procedentes del extranjero que acusan a nuestro país de tener un programa de Estado favorable al dopaje, declaró el presidente del Comité Olímpico Ruso, Alexandre Jukov.

El gobierno ruso tendrá una política de tolerancia cero hacia el consumo de sustancias prohibidas, aseguró a las agencias de prensa de este país.

Por su parte, el diputado y miembro del comité parlamentario para el deporte, Dmitri Svichtchev, anunció que se prepara una ley similar para los atletas rusos que hayan consentido doparse.

Rusia fue acusada por la Agencia Mundial Antidopaje de haber puesto en práctica un inmenso sistema de consumo de sustancias prohibidas. Para Río el país no pudo contar con 113 deportistas, incluyendo casi la totalidad de su selección de atletismo (67 de 68).