La titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Claudia Ruiz Massieu, reconoció que tuvo conocimiento de la invitación del presidente Enrique Peña Nieto a Donald Trump para visitar México, decisión que, a su juicio, era más que necesaria, dado el desconocimiento y la ignorancia sobre la relación bilateral del aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos.

El tema fue recurrente durante las más de seis horas de su comparecencia ante el pleno de Senado. Frente a críticas y reclamos de PAN, PRD y PT, cuyos legisladores resaltaron que el caso Trump es parte de una política exterior que ha perdido dignidad y en lugar de orgullo provoca vergüenza, la canciller pidió cerrar filas.

Al inicio y al final de la larga comparecencia, insistió en que nos conviene proyectarnos como una sola voz de cara a Estados Unidos, en el contexto del inédito, atípico, convulso y en gran medida imprevisible proceso electoral que vive nuestro aliado y socio comercial.

A nadie le conviene, insistió, una política exterior debilitada, fragmentada y dividida, por ello es necesario encontrar coincidencias por encima de ideologías o agendas partidistas.

Al hablar en nombre de sus bancadas, los senadores Mariana Gómez del Campo, Zoé Robledo y Manuel Bartlett, coincidieron en señalar que la tradicional política exterior mexicana quedó atrás y ahora está en crisis.

Traer a Trump al país, pasará a la historia como uno de los momentos más humillantes de la política exterior, pero en el gobierno siguen pensando que no fue un error, resaltó la panista Gómez del Campo.

A su vez, el perredista Zoé Robledo resaltó que la conducción en materia internacional ha perdido la dignidad que mantuvo durante décadas, al reconocer al gobierno republicano español en el exilio, oponerse a la salida de Cuba de la OEA o cuando votó contra la invasión de Estados Unidos a Irak.

El perredista recalcó que la antigua grandeza moral de la diplomacia mexicana ha cedido su lugar al pragmatismo económico, por el que Peña Nieto concedió la máxima condecoración mexicana, el Águila Azteca, al rey de Arabia Saudita, país donde no se respetan los derechos humanos, y se reunió con el emir de Qatar, un régimen esclavista.

En la “página de la vergüenza están el ‘comes y te vas’ que nos alejó de Cuba, el montaje de Florence Cassez, que tensó la relación con Francia, y la invitación a Trump que nos humilló frente al mundo”.

El senador Robledo le pidió precisar si el 25 de agosto, cuando se envió la carta a Trump, ella, como titular de la SRE lo sabía. De no ser así, alguien estaba tomando sus decisiones y, agregó, si estaba enterada y de acuerdo, entonces es igualmente responsable que los funcionarios que ya han renunciado.

La titular de Relaciones Exteriores trató de eludir el tema, pero se vio obligada a tocarlo a pregunta expresa del también senador del PRD, Rabindranath Salazar. Respondió que sí tuvo conocimiento y fue la responsable de enviar las cartas a los equipos de campaña de Trump y de la candidata demócrata, Hillary Clinton, con la invitación a sostener un diálogo directo con el jefe del Ejecutivo.

Argumentó que Peña Nieto buscó privilegiar la comunicación con Trump sobre sus dichos contra los mexicanos y su falta de visión respecto de la importancia de la relación bilateral y la contribución de la comunidad mexicana a la economía del vecino país del norte.

El senador Salazar le respondió que ese criticado encuentro habría sido la oportunidad para que Peña Nieto exigiera respeto al magnate, pero no lo hizo.

Ruiz Massieu pidió a los senadores esperar el resultado de la jornada electoral en Estados Unidos el próximo martes, para ver en los siguientes meses y años qué vamos a desplegar para fortalecer la relación y el empoderamiento de la comunidad mexicana.

Aseguró que la relación México-Estados Unidos es una de las más sólidas del mundo y está por encima de coyunturas.

Los senadores del PRI y el PVEM defendieron a la canciller, al igual que el independiente Manuel Cárdenas, quién pidió a la oposición no rasgarse las vestiduras, ya que dijo, no estuvo mal la decisión de Peña Nieto de reunirse con Trump.