La nueva presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Janine Otálora Malassis, prometió que se entregarán cuentas claras y transparentes de los recursos entregados a este órgano.

En 13 minutos quedó instalada la tercera integración de la sala superior. En una especie de trámite, porque hubo deliberaciones previas entre ellos y negociaciones en el Legislativo, la magistrada anunció que proponía su candidatura y en votación económica sus seis colegas la apoyaron para fungir de presidenta hasta 2020. Será la segunda mujer en ocupar este cargo, luego de que María del Carmen Alanís lo hiciera en la anterior generación, también durante cuatro años.

Sin hacer mención a la polémica intervención del Poder Legislativo para alargar los periodos de cuatro magistrados, Otálora resaltó que la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Senado cumplieron oportunamente con sus atribuciones para la designación de los integrantes de la sala superior.

En una ceremonia en familia, porque sólo acudieron de invitados algunos magistrados de salas regionales y parientes de los nuevos integrantes de la sala superior, la presidenta pareció responder a los diversos cuestionamientos que se hicieron a sus antecesores en cuanto a los derroches presupuestales y a la opacidad.

Sociedad exigente

Reconoció que la sociedad mexicana es particularmente exigente con la forma en que se emplean los recursos públicos, pues se trata de bienes escasos. Por tanto, ofreció que darán a conocer a la ciudadanía por qué los recursos disponibles fueron empleados en ciertas actividades y no en algún otro uso alternativo.

En el salón de plenos aseguró que responderán a la exigencia de renovación y también cumplirán su función de brindar estabilidad y racionalidad al sistema democrático mediante la resolución de controversias, con criterios estrictamente jurídicos.

Cuestionados los anteriores magistrados por realizar algunas sentencias a modo para determinados actores políticos o con inconsistencias, Otálora aseguró que resolverán las controversias de manera justa y legal.

Abordó otro aspecto controvertido en el ejercicio de sus antecesores al plantear que la única manera de acercar la justicia a los ciudadanos y permitir que ésta deje de ser una nebulosa reside en sentencias claras, breves, razonadas y fundadas.

Sus colegas Mónica Soto Fregoso y Felipe de la Mata Pizaña, quienes también fungirán por nueve años, se acercaron a felicitarla al finalizar su breve intervención. Lo mismo hicieron Indalfer Infante, Alfredo Fuentes Barrera, Reyes Rodríguez Mondragón y José Luis Vargas Valdez; a estos últimos cuatro se les ampliaron sus periodos, en polémicas decisiones tomadas en el Poder Legislativo, aspecto sobre el que no se pronunciaron.

Conocedores del tribunal señalan que a pesar de contar con una amplia trayectoria profesional, Otálora ha desarrollado su carrera de manera discreta. Es la única que se menciona que no llega con la marca de un partido, sino por consenso de PRI-PAN-PRD y fue la primera mujer en integrar y presidir la sala regional con sede en el entonces Distrito Federal.

Abogada por la Universidad Nacional Autónoma de México, fue secretaria legislativa y coordinadora de secretarios legislativos en el Senado francés. Durante 10 años fue secretaria técnica de ponencia con diversos consejeros de la Judicatura Federal; de 2006 a 2013 fungió de secretaria instructora del entonces magistrado Manuel González Oropeza en la sala superior, y su último cargo fue de defensora electoral pública para pueblos y comunidades indígenas del tribunal electoral.