La Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos identifica al amaranto, “fuente de la alegría –dulce tradicional mexicano–”, como un vegetal poco explotado pero con gran potencial, al considerar que es uno de los 36 cultivos más prometedores del mundo, por lo que lo describe como el mejor alimento de origen vegetal para consumo humano, indicó la bancada del partido Movimiento Ciudadano al exhortar al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, a declarar el 26 de octubre de cada año día del amaranto.

El amaranto es parte de nuestra identidad y debe convertirse en símbolo, en esta época de superalimentos para estar sanos y bien nutridos, esta semilla debe incluirse en una dieta balanceada como ingrediente indispensable, afirmó el diputado local de esa bancada Armando López Campa.

Indicó que la atención internacional ha surgido con gran interés, por lo que países como China e India lo cultivan y comercializan, reconociendo su aporte nutricional y cualidades para prevenir enfermedades, además de que es el único alimento que la Nasa ha llevado al espacio para su desarrollo; los beneficios que brinda no han tenido la relevancia que se merece.

Hace falta impulsar su cultivo y comercialización interna, pues es más apreciado fuera de nuestras fronteras, por lo que se necesita difundir su contenido proteínico y las bondades que proporciona para diversos tratamientos de salud y belleza, afirmó.

El legislador expuso que se ha demostrado que “las hojas de amaranto son una excelente fuente de proteínas, además contienen buena cantidad de provitamina A y vitaminas B, C, B1, B2 y B3.

Posee minerales como calcio, hierro y magnesio; carotenoides, ácido fólico, niacina y fósforo; además contiene fibra y está libre de gluten.

Su valor nutritivo se caracteriza por tener mayor concentración de proteínas, que ronda entre 15 y 18 por ciento más alta que el trigo, el arroz y el maíz. A su relevante proporción proteínica se suma el elevado aporte de carbohidratos, dado que el almidón es su mayor componente, añadió.

En el país es cultivado en los estados de Guerrero, de México, Morelos, Tlaxcala, Puebla, Oaxaca y Michoacán, y en la capital se ha conservado, siendo importante en la agricultura tradicional. Sin embargo, algunas variantes corren el riesgo de desaparecer por su cultivo limitado, sostenido por pocos agricultores de edad avanzada.

Es fácil de sembrar y no necesita mucho espacio; crece rápido, no necesita muchos cuidados, nutre los suelos y genera muchas semillas con las que se elaboran galletas o el dulce llamado alegría, por lo que se le considera patrimonio gastronómico.