Tlajomulco de Zúñiga, Jal.

Vicente Fernández, El jilguero de Huentitán, ofreció una conferencia so pretexto de recibir tres placas de reconocimiento por más de 90 mil unidades vendidas de su disco Un azteca en el Azteca.

En la reunión, insistió en dar su apoyo a la candidata demócrata Hillary Clinton, al señalar que si Donald Trump gana, provocará guerras.

“Dios es muy grande y no permitirá que un idiota como Donald Trump gobierne el mundo... Fui (a Estados Unidos) a defender a mi raza, a mis mexicanos y a mis latinos que radican allá. Que este idiota vea cómo batalla la gente y todo mi pueblo de Centro y Sudamérica en el tren, en el que muchos pierden la vida o una pierna. Estando allá, a la espera de ser deportados a su país, nadie se conmueve para darles un taco, un refresco o agua; es muy cruel.

Creo que los países, para acabar pronto, no deberían tener puertas, rejas ni muros, expresó el cantante, luego de que Roberto López, presidente de Sony Music; Manuel Cuevas, vicepresidente de ventas, y Diego Laviada, vicepresidente de marketing, le entregaron placas por discos de oro, platino y platino más oro, en acto efectuado en la Arena VFG.

Con más de 70 millones de discos vendidos, el charro lamentó no haber estudiado más allá del quinto año de primaria, por lo que no puede opinar de política educativa. Al planteamiento de qué opina de la cultura como derecho del pueblo contestó: Me agarraste como al Presidente.

Tiene problemas de salud por la falta de actividad, dice

El tema del retiro dominó gran parte de la charla. Señaló que se retiró y ya no volverá a los escenarios. No obstante, comentó que la falta de actividad le ha acarreado problemas de salud.

Recordó que hace 50 años llegó a tocar las puertas de la disquera y le dieron la oportunidad. “Yo me retiré y tengo palabra. Cuando se anunció que me iba a despedir en el Azteca una señora se me acercó para decirme que lo hiciera en Bellas Artes. Le contesté que cuando quise estar ahí, no quisieron, que porque yo era cantante de ranchero.

Lo importante no es el lugar, si es chico o grande. Lo que importa es el cariño de la gente. A veces vienen aquí y me quieren convencer para que regrese, pero no.

Agregó que las ausencias le han dolido, “pero no somos eternos. La de Joan Sebastian, la de Juan Gabriel. Yo había invitado a Juanga para que estuviera aquí el día en que falleció. Cuando supe que había muerto se me hundió el piso”.

Sobre su enemistad con Juan Gabriel, que raya en la leyenda, por fin aclaró que se debió a que no le grabó Se me olvidó otra vez. La razón era que la disquera no le dio permiso. Quien sí la grabó fue Yolanda del Río. Pasó el tiempo, años, décadas, y el Divo de Juárez no le volvió a dar un tema. Al final, precisó, el cantautor le comentó que Chente era La diferencia y que no podía faltar en su disco de dúos. Ya habían hecho la paz.

Respecto de la canción que grabó en apoyo a Hillary Clinton, dijo que ella se lo pidió. Espero que triunfe, porque el otro es un bofe. Trump es un viejo idiota. Los paisanos, la gente mexicana, están por que no haya muros ni rejas.

Negó que sea especialista en política, pues reconoce sus limitaciones. A Hillary Clinton, precisó, la puede ir a visitar mañana, pero a Trump nada más no.

Vicente Fernández aprovecha todo momento durante la charla para cantar como antes, cuando abarrotaba palenques, plazas, auditorios y foros. No descuadra. “Aquí me la paso. Soy gente que en las mañanas va ver si ya nació un potrillo o una potranca. Sigo grabando y cuando ya no esté habrá canciones hasta para regalar. Grabo unas ocho canciones en un día.

Soy hombre de palabra y no regresaré a los escenarios. Además, ir a la Ciudad de México me cuesta trabajo; soy retarugo para manejar. Guadalajara ya se parece a la capital del país, con tanto tránsito.

Para demostrar que ya no tiene problemas en los huesos, brinca cual potrillo. Aseguró que está sano en 99 por ciento. Hay que saber retirarse a tiempo. Me falta hacer dúos con Plácido Domingo.

Lamentó que haya artistas que tratan mal a los periodistas. Recordó que en sus inicios él no buscaba notas en las que se hablara de él. Hay quienes tienen a los periodistas esperando bajo la lluvia, porque ya no se acuerdan que necesitan de ellos.

Afirmó que ya no es dueño de nada, que no tiene propiedades, pues todo ya se lo dio a sus hijos. No quiero un día pedir limosna. Tampoco.

Así, el Jilguero de Huentitán retornó a la escena, a ser noticia. Entre recuerdos que reflejan su añoranza por el contacto con su gente también se filtra la lucidez de haberse retirado con facultades para cantar.

Un dúo le faltó hacer en el camino, con José José, de quien se condolió por ya no tener su voz portentosa. Hoy, más que nunca, Chente es la viva imagen del personaje de la canción Mi viejo, que siempre le dedica su hijo Alejandro, El Potrillo.