La posible medida del banco central, para contener el desplome del peso
Grupos financieros del país revisan todos los escenarios después la victoria de Trump
es especialmente sensiblepara México dados los mensajes antimigración y anticomercio internacional que mandó. En la imagen, el republicano, acompañado de su esposa Melania, en un acto realizado el sábado 5 en Carolina del NorteFoto Ap
Domingo 13 de noviembre de 2016, p. 21
Analistas financieros coincidieron en que el Banco de México elevará entre 0.75 y un punto porcentual su tasa de interés en la reunión de política monetaria que tendrá el próximo jueves para tratar de contener el desplome del tipo de cambio, que esta semana registró tres días seguidos de mínimos históricos en su cotización frente al dólar a consecuencia de la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.
El gobierno federal espera para el próximo año un crecimiento económico de entre 2 y 3 por ciento. Una eventual alza de interés por parte del banco central tiene el potencial de reducir el ritmo de crecimiento de la economía. En lo que va del año, el banco central ha incrementado a 4.75 por ciento la tasa de referencia, que es la que determina el costo del financiamiento y el premio a los ahorradores del sistema financiero.
Los analistas señalaron que la elección de Trump cambió radicalmente el escenario que afrontará México en los próximos dos años, para los cuales se prevé un menor crecimiento económico, de apenas 1.1 por ciento en 2017, frente a la estimación previa de 2.3. También anticiparon más inflación, en niveles de 4 por ciento anual, arriba de la meta del banco central de 3 por ciento, y un deterioro en el tipo de cambio, que se fijaría en 21.5 pesos por dólar a principios de año y llegaría a 23.5 pesos a finales de 2017.
Mientras Scotiabank y Banorte estimaron que el Banco de México elevará en 0.75 por ciento su tasa de interés, la cual actualmente se ubica en 4.75 por ciento, para contener la depreciación del peso y la inflación, Bancomer anticipa un alza de uno por ciento en la reunión de esta semana, debido al deterioro adicional del balance de riesgos para la inflación y para la estabilidad por una posible salida de flujos de inversión del mercado financiero local.
Especialistas de Banorte Ixe destacaron que la victoria de Trump es especialmente sensible
para México dados los mensajes antimigración y anticomercio internacional que mandó durante la campaña, pero también consideraron que el impacto sobre el crecimiento económico del país es difícil de cuantificar hasta conocer más detalle de las medidas concretas de política económica del presidente electo.
“Nuestro supuesto inicial –reconociendo que todavía hay muchas cuestiones por definirse– es que la administración Trump no será tan radical como se podría pensar luego de la campaña electoral, sobre todo teniendo en cuenta el andamiaje institucional en aquel país, que limita los tres poderes de gobierno”, indica un reporte de Banorte.
En eso coincidieron especialistas de Scotiabank, quienes señalaron que en Estados Unidos existen muchos contrapesos tanto políticos como económicos a lo que pueda hacer Trump.
Ejemplificaron que la posible salida del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) afectaría seria y negativamente intereses estadunidenses poderosos, quienes han trasladado producción a México para ser más eficientes y ofrecer precios más baratos a los consumidores estadunidenses.
Además, destacaron que si bien el Partido Republicano ganó el control de ambas cámaras, Trump se peleó
con el liderazgo del partido, y que no tiene garantizado el apoyo irrestricto de sus correligionarios.
Los grupos financieros dijeron que ante la inesperada elección de Trump tuvieron que poner en revisión todos sus escenarios macroeconómicos, pero que por lo pronto lo que se anticipa son niveles más altos en el tipo de cambio, en la inflación y en las tasas de interés.
Hasta el momento la única información que se conoce sobre las acciones que tomará el presidente electo es el plan para los primeros 100 días de su gobierno que ya había publicado durante su campaña, en la que incluye, entre otros, la renegociación del TLCAN; una baja de impuestos para la clase alta y media; mayor gasto en infraestructura; la construcción de un muro en la frontera con México, así como penalizaciones más severas por entrar al país sin documentos.
Adicionalmente, prevé el rechazo al plan de seguridad social de Obama, conocido como Obamacare.