El cantautor de Mexicali se presentó en el Lunario del Auditorio
Lunes 14 de noviembre de 2016, p. a15
Gritos como ¡Soy junkeeee!
, ¡Te amo, Cirerol!
surgieron desde el ronco pecho de cientos de jóvenes que rompieron caderas a ritmo de la fusión de música norteña, polka, punk y country, y vivieron la pasión desbordada del primer concierto propio de Juan Cirerol, el sábado pasado en el Lunario del Auditorio Nacional.
Durante más de dos horas corearon con inusitada memoria y pasión las letras de las 27 rolas con las que el joven de Mexicali (1987), apodado el Johnny Cash mexicano
, encendió el foro. Aquí y en todos lados lo único que ocupas es amor
, cantó a la John Lennon
al interpretar I Love You, a lo que el público respondió con corazones formados con las manos y las luces neón de los celulares.
“Quisiera que cuando lloviera en vez de agua cayera perico”, entonó con su voz aguardentosa en Se vale soñar, y con frenéticos movimientos de cabeza y gritería repitieron los fans. ¡Que no existiera el perro gobierno!
, continuó, y los seguidores estallaron delirantes.
Anarcocorridos
“Espero que se la estén pasando fine”, arengó el intérprete, mientras seguía con canciones en las que el amor, la melancolía y las mushashas shulas
se entremezclaban en el mismo mundo de un pericazo, un gallo y los anarcocorridos. Todo con ese sonsonete norteño que en momentos llevaba a las parejas a abrazarse y a bailar cachondamente, para después motivar movimientos casi epilépticos con el arañazo de su guitarra docerola a velocidades desenfrenadas.
Nunca me había imaginado tocar en un lugar como éste. Y esto es gracias a ustedes
, dijo con voz entrecortada y potente el cantautor, que hasta ahora había participado en festivales como el Vive Latino o abierto conciertos de Andrés Calamaro o Enrique Bunbury, pero no había tenido una presentación en la que él fuera el protagonista.
El también llamado Bukowski norteño
aprovechó el concierto para promover su reciente disco Todo Fine y el EP En los días de música triste, con cinco canciones inéditas; pero, más allá de eso, la velada significó un parteaguas en su carrera. En los pasados ocho años, Cirerol pasó de tocar su música en camiones, taquerías y bares a consolidarse como uno de los músicos independientes más originales y atrevidos de su generación, para finalmente firmar con Universal Music el año pasado.
La verdad es que no estaba preparado académica ni musical ni mentalmente para la aceptación que comencé a tener; me empecé a volar mucho
, confesó el mexicalense a la periodista de La Jornada Patricia Peñaloza hace unos días (Ruta Sonora, 11/11/16). Me animé a entrar a rehabilitación porque estaba ya metiéndome muchas madres y ahora me siento mucho mejor
, aseguró el joven, quien dejó ya los tiempos de desenfreno
y busca enfocarse de forma total en su carrera musical, lo que ha sido muy criticado por sus seguidores.
A lo mejor ya se vuelve a drogar
, gritó casi al final del concierto una esperanzada voz de entre los asistentes. Mientras que Cicerol cerró la eléctrica noche con un alargado: Sabes que me gusta la metanfetaaaaaaaa
, que terminó de encender los ánimos de un público ya de por sí acalorado.