‘‘La situación es sumamente delicada’’
Miércoles 16 de noviembre de 2016, p. 5
Organizaciones civiles y religiosas que asisten de diversas formas a los migrantes en la ciudad fronteriza de Tijuana, Baja California, advirtieron que en la región existe un grave problema que podría adquirir tintes de ‘‘crisis humanitaria’’, dado el elevado número de deportaciones de connacionales, pero también por la creciente presencia de centroamericanos, africanos y haitianos.
Señalaron asimismo que al final de este año será rebasado el número de 65 mil deportaciones, tan sólo por este cruce fronterizo de Tijuana-San Diego, cuando en 2015 la cifra fue de 50 mil.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Migración (INM), las deportaciones de mexicanos rebasaron las 207 mil en 2015, cifra que seguramente se repetirá este año conforme al avance en los registros actuales.
Baja California, estado donde llegan más mexicanos deportados
Según estos datos, por el estado de Baja California, específicamente en los cruces de Tijuana y Mexicali, se realiza 41 por ciento de las deportaciones provenientes del país vecino; por Sonora, casi 35; Chihuahua, 7, y Tamaulipas, 17 por ciento.
Por otra parte, la Casa del Migrante en Tijuana –Centro Scalabrini– tiene reportes de que en los pasados cinco años casi 85 por ciento de las personas que ha atendido han sido migrantes deportados de Estados Unidos.
El religioso Pat Murphy, director del citado albergue, destacó que la situación de los trabajadores que llegan a las ciudades de la frontera se ha tornado sumamente delicada.
Dijo que aunque de manera cíclica se hacen presentes funcionarios federales –e incluso secretarios de Estado–, este sector de población extremadamente vulnerable no recibe la atención necesaria por parte de los gobiernos federal ni estatal.
Las autoridades municipales tampoco garantizan su seguridad, mientras que organizaciones civiles y grupos religiosos se ven rebasados por el creciente número de migrantes que solicitan ayuda en su tránsito hacia el territorio estadunidense.
Precisó que los albergues de diferentes organizaciones y grupos civiles que brindan atención a los migrantes de varias nacionalidades están actualmente ‘‘saturados, ya no hay cupo’’, pues muchas instalaciones en este momento se dedican a la asistencia de los ciudadanos africanos y haitianos, cuyo número se prevé pueda elevarse en los próximos días y semanas, todavía con la esperanza de obtener una ‘‘visa humanitaria’’ por parte del gobierno estadunidense.
Murphy estimó –vía telefónica– que pese al muro ya existente y las promesas de política más agresivas de Donald Trump, será ‘‘muy difícil’’ disuadir a miles de migrantes que seguirán intentando llegar a Estados Unidos, porque esencialmente huyen de la pobreza y de la violencia en sus países de origen.