Opinión
Ver día anteriorJueves 17 de noviembre de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

Indocumentados indefensos

SRE: ¿nuevas acciones?

Reflotar, reciclar, barnizar

P

ara abrir boca y con la espada desenvainada, el rabioso Donald Trump ha dicho que se prepara para deportar o encarcelar a cuando menos dos o tres millones de indocumentados, mexicanos la mayoría de ellos, y detalla que procedería en tal sentido a partir de su toma de posesión, el 20 de enero de 2017. Así, la amenaza de su campaña electoral dejaría de ser tal y se convertiría en política de Estado a partir de la fecha indicada.

Tan abominable anuncio lejos de encender las señales de alarma en el gobierno federal, provocó una suerte de reacción jipi (jipiteca diría Carlos Monsiváis) de la instancia oficialmente encargada de atender estos asuntos, es decir, la Secretaría de Relaciones Exteriores, cuya titular, Claudia Ruiz Massieu, respondió a la agresión con una flor: es necesario encontrar puntos de coincidencia y un espacio de diálogo con el gobierno de Trump.

En los hechos, ni con lupa los hallará con el citado psicópata, pero lo que de plano no corresponde a la realidad es aquello que, desde el 9 de noviembre pasado, sin más repiten en el gobierno federal –SRE incluida–, en el sentido de que México está preparado para el eventual regreso masivo de paisanos.

Es un hecho que las coincidencias brillan por su ausencia y el espacio de diálogo no aparece por ningún lado, pero la Secretaría de Relaciones Exteriores anunció ayer 11 acciones para proteger a la comunidad mexicana en Estados Unidos, con el fin de que la paisanada cuente con información del gobierno de México para evitar que sean víctimas de abusos y fraudes. Y las pondrá en marcha por medio de la embajada nacional en el vecino del norte y su red de consulados (50 en total).

Bien. Algo es algo, dirán los optimistas, pero independientemente de que ninguna de las acciones anunciadas por la SRE sorteará la deportación de los paisanos, el grueso de ellas –divulgadas como novedad– en los hechos están activas desde tres o seis años atrás, es decir, desde antes que Peña Nieto se instalara en Los Pinos y de que el huracán Trump se convirtiera en futuro presidente gringo. Dicho sea de paso, tampoco evitaron que Barack Obama (otro socio y amigo de México) deportara a cientos de miles de indocumentados. Por cierto, originalmente se divulgó que sería la mismísima secretaria Ruiz Massieu la que, en conferencia de prensa, daría a conocer en qué consistía el nuevo paquete. Pero no llegó.

Lo descrito es parte fundamental de la problemática nacional, pues es tradición reciclar, barnizar, pintar y/o vestir de seda viejos programas, acciones, medidas y conexos que desde su implementación funcionan a medias o en su momento abiertamente fracasaron, pero que son reflotados o rehabilitados en ocasiones críticas para dejar en claro que el gobierno de la República actúa de inmediato en defensa de los mexicanos. Y se quedan tan tranquilos, mientras se acumulan los pendientes, entre ellos, de manera destacada, la eventual deportación de millones de connacionales.

Las 11 acciones para proteger a la comunidad mexicana en Estados Unidos en realidad son meras disposiciones administrativas que (echándole muchas ganas), si bien pueden facilitar el acceso de los paisanos a una serie de servicios consulares (todos ellos vigentes desde siempre), en los hechos ninguna resuelve ni lejanamente el problema de fondo ni erradica la posibilidad de deportación.

Por ejemplo, la acción número uno dice textualmente: difundir el Centro de Información de Atención a Mexicanos (CIAM). Este número telefónico desde Estados Unidos sin costo: 185 54 63 63 95 ofrece un primer punto de contacto con el gobierno de México para quien requiera asistencia, información y protección consular. Bien, pero dicho centro está activo –con idéntico teléfono– desde julio de 2013.

La acción número dos promete la activación de una línea directa (1800), disponible 24 horas, para atender cualquier duda sobre medidas migratorias o reportar incidentes, y la número tres, “fomentar entre la comunidad mexicana el uso de la aplicación gratuita para dispositivos móviles MiConsulmex. Esta App contiene información relevante sobre actualidad migratoria, así como datos de contacto de los consulados y prestadores de servicios migratorios”. Esta aplicación, “gratuita para teléfonos inteligentes y tablets”, está activa desde cuando menos octubre de 2013.

También considera (acción número cuatro) aumentar la presencia de consulados móviles y sobre ruedas, a fin de ofrecer servicios integrales de protección y documentación a un mayor número de personas en sus comunidades, algo que está disponible para los paisanos desde cuando menos 2011. Lo mismo las acciones cinco y seis, aunque de mayor tiempo atrás: con la intención de promover que todos los mexicanos cuenten con documentos de identidad, se aumentará el número de citas para realizar trámites de matrícula consular, pasaportes y actas de nacimiento; intensificar la promoción del registro y expedición de actas de nacimiento, de hijos de nacionales mexicanos nacidos en Estados Unidos. Y la número siete: extender el horario de los departamentos de protección de los consulados para atender un mayor número de casos.

La número ocho está en funcionamiento desde cuando menos julio de 2010: acelerar la apertura de ventanillas de asesoría financiera y fortalecer la campaña de bancarización en toda la red consular (esto tira más a fortalecer el pingüe negocio privado de los traficantes electrónicos de remesas, que a educar a los paisanos en estos menesteres).

Por último, las acciones nueve, diez y 11 son meros sueños guajiros: reforzar el diálogo con autoridades estatales y locales (las de allá), en el entendido de que las políticas locales determinan, en buena medida, la vida diaria de los mexicanos en Estados Unidos; estrechar la relación con organizaciones de derechos civiles y hacer un llamado a las comunidades a evitar toda situación de conflicto y a no incurrir en acciones que puedan derivar en sanciones administrativas o penales. Y sanseacabó.

He allí la contundencia. Si, por cortesía del gobierno peñanietista, esas son las acciones para proteger a los mexicanos del salvaje Trump, entonces queda claro que lo mejor que los paisanos pueden hacer es buscar ayuda en otra parte.

Las rebanadas del pastel

Qué lástima: el masacrado peso mexicano tampoco encuentra puntos de coincidencia ni espacio de diálogo con el dólar; ayer, el billete verde se vendió hasta en 20.90 bilimbiques.

Twitter: @cafevega