Durante los hechos de Iguala, además de la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, fueron heridos cuatro jóvenes cuyas lesiones les dejaron secuelas permanentes en la salud, la necesidad de que reciban vigilancia permanente y medidas especiales para garantizar su seguridad e integridad física.

El más grave es Aldo Gutiérrez Solano, quien, de acuerdo con el informe gubernamental más reciente, recibe atención médica y de rehabilitación propios de un paciente en el que se confirma su estado vegetativo.

Por ese motivo hay indicaciones para atender los efectos de su reposo prolongado y prevenir posibles complicaciones por traumatismo craneoencefálico severo.

El normalista recibió un balazo en la cabeza que lo mantiene en coma desde hace casi 26 meses.

Desde el ataque contra los estudiantes de Ayotzinapa fue trasladado al Instituto Nacional de Neurología, donde permaneció hasta abril pasado. Ahora está en el Instituto Nacional de Rehabilitación y se prevé su vuelta a Guerrero.

Ha sido atendido por neurólogos cubanos, quienes confirmaron su estado vegetativo. El diagnóstico y las recomendaciones de estos médicos coincidieron con los emitidos por especialistas mexicanos.

En su reporte interno, el gobierno federal destaca la atención que se brinda a Aldo y a 16 víctimas directas relacionadas con el joven (madre, padre y 14 hermanos), así como la enseñanza a familiares acerca del manejo del paciente, quien ha sido atendido por un equipo multidisciplinario.

Otro herido es Édgar Andrés Vargas, quien debió ser trasladado a una casa de seguridad, con escolta, así como a varios refugios temporales.

Este paciente, indica el reporte, ha sido sometido a múltiples procedimientos quirúrgicos para la reconstrucción del maxilar superior; debe someterse a microcirugía reconstructiva y rehabilitación oral con implantes osteointegrados. El gobierno asegura que se ha brindado apoyo total a los familiares.

Un tercer expediente es el de Jonathan Maldonado Hernández, quien también fue atacado con arma de fuego. Ha recibido apoyo social y acompañamiento, así como atención médica en el Hospital General Manuel Gea González, el Instituto Estatal de Oftalmología y el Instituto Nacional de Rehabilitación, de manera preferencial por retinopatía esclopetaria en ojo derecho, fractura coroidea en área macular de ojo derecho, así como fractura en dedo meñique y esquirlas.

Al igual que sus compañeros, los traslados requieren medidas especiales, con vehículo vigilado vía GPS, y escolta para garantizar su seguridad e integridad física.

Édgar Daniel Castro Hipólito ha recibido apoyos similares a los de sus compañeros, tanto para él como para sus familiares. La víctima, se precisa, fue atendida en el Hospital General Manuel Gea y ya fue dada de alta.

Además de los estudiantes heridos, dos fallecieron en el lugar del ataque: Julio César Mondragón Fontes y Daniel Solís Gallardo, cuyos deudos, señala la nota gubernamental, han sido acompañados con gastos funerarios y la incorporación a programas sociales.