El dirigente obrero Demetrio Vallejo fue un ejemplo de honestidad de los que hoy en día es muy difícil encontrar y su lucha fue una de las más importantes en la búsqueda de un país más democrático, afirmaron compañeros y amigos del activista durante un homenaje por el aniversario 106 de su natalicio, organizado por la cooperativa Pascual Boing.

Durante el encuentro, realizado en el Ex Templo de Corpus Christi, Raúl Pedraza, asesor de la empresa de transportes Grupo Valbo, recordó que debido a la muerte de su padre, Vallejo empezó a laborar desde muy joven en estaciones de ferrocarril y de telégrafo, donde nació su consciencia como parte de la clase trabajadora.

Luego de su experiencia en las huelgas de ferrocarrileros de 1958 y 1959, el originario del pueblo oaxaqueño de El Espinal se convenció de la necesidad de un partido de masas organizado y creó el Partido Mexicano de los Trabajadores junto con Heberto Castillo y otros luchadores sociales.

Esa misma idea deberíamos intentarla hoy. Reunir a los sindicatos, a las cooperativas, a las organizaciones populares y crear un partido que resuelva los grandes problemas de este país, consideró.

Filiberto Bucio, también de Grupo Valbo, trajo a la mesa diversas anécdotas sobre la forma de ser de Demetrio Vallejo, a quien todos conocían como el compa Vallejo y le manifestaban su admiración por ser un ícono de la honestidad.

Por eso, además de recordarlo, deberíamos demostrarle que seguimos con su lucha, que esto no se acaba hasta que se acaba, dijo en medio de aplausos de familiares y amigos del líder obrero, quien fue uno de los presos políticos más connotados en la década de los 60 del siglo pasado.

Por su parte, Antonio Samaniego, presidente del consejo de administración de Pascual Boing, encomió las aportaciones de Vallejo Martínez para crear la cooperativa refresquera, además de su capacidad de liderazgo y su dignidad, al no aceptar un indulto presidencial que le hubiera permitido salir de prisión de forma anticipada.

Antonio Valle, colaborador de La Jornada Semanal, puso de relieve la inteligencia y sensibilidad de Vallejo, a quien calificó como uno de los luchadores sociales más importantes de la historia de México. Era un hombre bajito, con escasos estudios y de origen humilde, pero que sentó las bases del sindicalismo democrático, enfatizó.