Huatulco, Oax.

El nuevo escenario político en Estados Unidos, a partir del triunfo de Donald Trump, llevó ayer a los gobernadores del país y al presidente Enrique Peña Nieto a emitir un pronunciamiento de unidad en defensa del interés nacional y de rechazo a la decisión unilateral de expulsar a los migrantes mexicanos.

Insistieron en el diálogo y el pragmatismo como vías para diseñar la nueva agenda bilateral y, en específico, los mandatarios locales advirtieron sobre los graves problemas económicos que generaría llevar a los hechos la oferta electoral del republicano de revisar o suspender el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

En la clausura de la 51 reunión ordinaria de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) ocupó un espacio relevante –sobre todo por el lenguaje poco usual en las sesiones públicas– la demanda del chihuahuense Javier Corral, quien expuso la crítica situación financiera de su entidad y solicitó de nuevo el apoyo del gobierno federal para encararla.

En respuesta, el presidente Peña acotó: el gobierno federal apoyará a las entidades hasta donde lo permitan sus atribuciones y alcances para sanear sus finanzas, pero no puede sustituir ni remplazar a los gobiernos locales.

Luego de una reunión privada en este destino turístico, 28 mandatarios, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México y tres gobernadores electos salieron a hacer público, junto con el presidente Peña Nieto, las conclusiones y posturas sobre el tema electoral de Estados Unidos.

Primero la Conago afirmó: no habrá diferencia política que nos impida la unidad para defender el interés nacional.

Una postura unilateral acerca de revisar o suspender el TLCAN generaría graves problemas a las economías de los tres países. Somos economías complementarias y todas han sido beneficiadas con ese acuerdo, indica el documento de los gobernadores, leído por el morelense Graco Ramírez.

Los gobernadores señalaron que en una eventual revisión del TLCAN, México deberá considerar introducir un capítulo de derechos humanos y la regularización de trabajadores migrantes, como se ha hecho con Canadá. Anunciaron además una reunión extraordinaria en breve en Baja California.

A su vez, el presidente Peña Nieto insistió en la determinación de su gobierno de trabajar con la nueva administración de la Casa Blanca por medio del diálogo para definir la nueva agenda temática.

Lo haremos con diálogo y visión pragmática, que incorpore los intereses compartidos de ambas naciones, cuidando los intereses de los connacionales que viven en Estados Unidos y que son parte y se han integrado al desarrollo de aquella nación y de México, insistió.

El resultado de la elección en Estados Unidos ha despertado inquietud, asumió el mandatario. Y por ello insistió: estamos resueltos a hacer del diálogo y la política la vía para una relación de respeto mutuo, armoniosa y constructiva, entre México y Estados Unidos.

A este encuentro de la Conago acudieron 28 gobernadores en funciones, tres electos y el jefe del gobierno de la Ciudad de México.

Apoyo limitado, dice Peña

A la nueva petición –tras detallada exposición del problema– del gobernador de Chihuahua, Javier Corral para auxiliar en la solución de sus problemas de liquidez y elevado endeudamiento, el presidente Peña Nieto respondió: sí, hasta donde lleguen las atribuciones.

El gobierno de la República, con trasparencia y apertura pondrá mecanismos, vías de apoyo en términos de sus atribuciones y alcances para apoyarles en el saneamiento financiero en aquellos estados que así lo demanden, dijo.

Pero –y repitió lo que habría dicho en el encuentro privado– en ese tema no puede sustituir ni remplazar lo que está en alcance a las responsabilidades de los gobiernos locales. Es cierto, admitió, que todo gobierno, y más cuando se dan relevos en la democracia, asume desafíos, retos en todos los ámbitos y uno de ellos es en el tema financiero.

Más tiempo, pide Mancera

Miguel Ángel Mancera, quien fue nombrado coordinador de la Comisión de Seguridad, enlistó una serie de obstáculos para llevar a la práctica la nueva reforma laboral, sobre todo si se insiste en mantener los tiempos convenidos.

Los ubicó, sobre todo, en materia presupuestal, en la coexistencia de dos procedimientos simultáneos, en la necesidad de hacer una gran inversión en infraestructura y en homologar salarios. Es necesario reconocer, dijo, que si bien esta reforma es necesaria, los recursos que se tienen para su puesta en marcha demandan una planeación adecuada, porque no es posible aplicarla en los tiempos establecidos.