La reforma educativa no sólo enfrenta el desafío del consenso, sino de su implementación, aseguró el presidente de la Comisión de Educación del Senado, Juan Carlos Romero Hicks, quien destacó que ningún cambio en ese ámbito se puede imponer por la fuerza.

En tanto, el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, señaló que la versión definitiva del nuevo modelo se presentará en enero próximo, ya que se prevé que su aplicación –a partir de nuevos planes y programas de estudio– se concrete en el ciclo escolar 2018-2019.

En el foro internacional de reflexión y análisis El reto de formar ciudadanos para el siglo XXI, Romero Hicks aseguró que México es un país que tiene frustraciones acumuladas en el camino frente a un contexto global que nos impone aprender a vivir en el caos y la incertidumbre.

Por ello, agregó que si bien la Secretaría de Educación Pública (SEP) emprendió un proceso de consulta sobre el contenido del nuevo modelo –del cual dijo: ojalá hubiera llegado antes–, se enfrentan tres desafíos.

El diseño propiamente, que incluye esta etapa de consulta que se realizó de febrero a junio de 2015; pero también está la búsqueda de consenso, tema difícil de resolver en un país multiétnico, donde hay muchos Méxicos, y el cambio en sí mismo, porque en materia educativa las transformaciones no pueden ser obligadas; se requiere la construcción de una alianza.

Al encuentro, convocado por el Senado y la SEP, acudió Gabriela Ramos, directora de Gabinete de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, quien reconoció que los resultados de la reforma educativa no se verán en dos años, tres ni cinco años.

Se está refundando la educación, agregó, y “estamos esperando que los niños que se eduquen con esta reforma educativa, cuando cumplan 15 años –cuando se mide el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos– podamos tener una indicación más clara de los beneficios y las mejorías que se han logrado”.

Afirmó que los sistemas educativos enfrentan un entorno nacional e internacional preocupante porque vivimos en un mundo altamente interconectado y crecientemente complejo, y no sabemos cuáles van a ser los trabajos en la próxima década.

Admitió: No sabemos cómo vamos a interactuar ni si las disciplinas que estamos estudiando van a servir para tener éxito como ciudadanos y trabajadores en este mundo global, donde, enfatizó, se presenta un rechazo a la globalización, pero donde también se están enfrentando desafíos para generar un modelo económico sostenible.

En ese acto, al que acudieron representantes de diversos organismos internacionales, Emiliana Vegas, representante del Banco Interamericano de Desarrollo, alertó sobre la necesidad de atraer a los mejores estudiantes a la carrera docente mediante mejores salarios y estímulos económicos, aunque advirtió que éstos también pueden generar comportamientos no deseados.