Es deseable que las tareas de seguridad pública y de combate al crimen organizado que las fuerzas armadas se han visto obligadas a realizar por la emergencia, no se vuelvan permanentes ni rutinarias, señaló Antonio Luigi Mazzitelli, representante en México de la Oficina de la Organización de Naciones Unidas (ONU) contra la droga y el delito.

Podemos entender que haya una situación de emergencia, pero se debe cuidar que esta emergencia no se vuelva rutina, ni algo permanente, declaró el diplomático tras dar la bienvenida a la iniciativa del PRI para dar un marco jurídico a la participación de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública.

Entrevistado en el contexto del undécimo Congreso de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho, Mazzitelli expresó su deseo de que los militares abandonen en algún momento estas tareas y retornen a sus cuarteles.

Sin embargo, reconoció que el último año la situación de la violencia en el país ha empeorado. Ojalá que México encuentre respuesta a este problema y que el Congreso pueda legislar respecto del tema del mando único de las policías y la restructuración de todo el sistema policiaco.

Recordó que la posición que sobre este tema tiene la ONU, en general, es que en todo Estado democrático las tareas de seguridad civil deben ser llevadas a cabo por fuerzas policiacas civiles, no por las fuerzas armadas.

Cauto en sus respuestas, declaró que corresponde al Congreso de la Unión determinar si ese marco jurídico establece una temporalidad para que las fuerzas armadas realicen estas tareas, que los organismos internacionales advierten que son responsabilidad de las fuerzas civiles.

Es decir, las tareas pendientes radican más en la creación de corporaciones policiacas equipadas, entrenadas y eficientes, cuya función primaria sea prevenir el crimen, más que perseguir el delito.

Mazzitelli insistió en que el Ejército y la Marina Armada de México han tenido que cumplir tareas que no les son propias, pero lo han hecho seguramente con un fuerte compromiso institucional, pagando un precio muy alto en términos de vidas humanas y también cometiendo errores que tienen que ser perseguidos por la ley civil, principalmente en el tema de los derechos humanos.

Dijo que coincide con algunas posturas expresadas sobre el particular, como la de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, acerca del retiro paulatino de las fuerzas armadas, en la medida en que avance la capacitación y profesionalización de los cuerpos policiacos civiles.