Alrededor de 80 por ciento de los adultos mayores que sufren maltrato son mujeres y su edad promedio es de 79 años, indicó la sicóloga y gerontóloga Zhélide Quevedo Hunter.

Señaló que en la mitad de los casos el agresor es el cuidador principal, 53 por ciento es de hombres y el resto de mujeres, con edad promedio de 58 años.

En el encuentro Envejecimiento y vejez, nuevos retos, explicó que entre los tipos de maltrato están el abuso económico (29 por ciento), sicológico (24) y físico (15), así como el abandono, soledad y negligencia (20), violación de derechos (8), maltrato social (2.6) y abuso sexual (6 por ciento). Añadió que en ocasiones coexisten varios de ellos.

Entre las principales conductas negativas del agresor se encuentran: limitar los gastos a la persona mayor y apropiación de los recursos excedentes, privarlo de la alimentación adecuada, no seguir las indicaciones médicas y tener el control total sobre la persona.

Otras conductas típicas del agresor son quejarse ante terceros de la persona mayor, siempre la desvaloriza y la desprecia, la regaña, le hace reproches, poniendo en evidencia sus dificultades y le impone restricciones. También la aísla y arremete en contra de ella en forma verbal o física, la empuja, la sacude, la insulta y la amenaza con lastimarla o hacerla sufrir privaciones.

El cuidador abusivo es controlador y acompaña a la víctima sistemáticamente a todos lados.

El 85 por ciento de los cuidadores principales pertenecen al entorno familiar, de ellos 60 por ciento son hijos y 25 son el o la cónyuge.

Quevedo Hunter detalló que el maltrato a un anciano es un acto único o repetido; real u omisión, causa daño o angustia y ocurre en familia, en instituciones o en la comunidad.

Explicó que el abuso económico o financiero se caracteriza por la utilización no autorizada, ilegal o inapropiada de fondos, propiedades o recursos del adulto mayor. Este atropello pueden cometerlo familiares o desconocidos que aparecen para reclamar acceso a bienes del paciente.

Angustia, soledad y aislamiento

Señaló que el maltrato sicológico causa angustia, pena, sentimiento de indignidad, de soledad, aislamiento, miedo y aflicción generada por actos verbales o no verbales (amenazarlo, insultarlo, intimidarlo, humillarlo, ridiculizarlo, infantilizarlo, así como privarlo de seguridad, afecto o compañía, además de tratarlo como objeto).

Destacó que algunos adultos mayores también son víctimas de abuso sexual. Los indicadores de esta situación son hematomas, sangrado, dolor o picazón en genitales o áreas anales, ropa interior rasgada o con manchas de sangre y dificultad para caminar o sentarse.

Quienes son más sensibles a sufrir diversos abusos son los ancianos afectados de sus facultades; por ejemplo, por sufrir Alzheimer.